Así vieron los columnistas la participación de Mariano Rajoy en el Foro ABC
Análisis desde dentro del Foro que organiza el diario con la colaboración de Deloitte y Ferrovial
«Es gallego», Ramón Pérez-Maura
Resulta una tarea hercúlea conseguir que el presidente del Gobierno responda una sola palabra más de las que él quiera decir. Rajoy no se sale una línea del guión que él mismo se ha marcado. Quizá hubo una excepción ayer cuando respondió que «a Puigdemont le han dado el trato que se merecía», que probablemente era una forma de decir «el trato que corresponde al presidente de un Gobierno regional». Pero salvo eso, el presidente defendió con firmeza sus posiciones. Ser gallego es rentable.
«¡Terremotos a Rajoy...!», Manuel Marín
Rajoy es inmune a las provocaciones. No va a entrar al trapo de Aznar, no va a replicar a Bárcenas e ignora a partidarios y odiadores de Cospedal. Ni se le escuchará una palabra más alta que otra de Donald Trump, ni amenazará con tanques a Carles Puigdemont. Es la cachaza de lo inalterable. Todo en Rajoy resulta disuasorio y ni siquiera un terremoto en la escala 9 de Richter podría moverle mucho más que su corbata. Eso sí, habrá presupuestos y no elecciones. Algo es algo.
«Perturbar a Rajoy», Edurne Uriarte
Siempre fue difícil lo de perturbar a Rajoy con preguntas incómodas. Hubo un intento de provocación «liberal» en el foro con aquello de que «el PP es socialdemócrata y un poco de derechas». Respondió con una síntesis de conservadurismo, democracia cristiana y liberalismo social: el PP cree en la libertad de las personas y en la necesidad de ayudar a quienes están desamparados o no tienen las mismas capacidades que los demás. Lo del espacio del centro-derecha también lo tiene muy claro.
«El arte de no dar noticias», Curri Valenzuela
La prueba de que Trump no se parece en nada a Rajoy está en el trato con el que el primero despacha a los periodistas, a los que considera «los seres mas deshonestos del planeta», cuando impide que un reportero que no le gusta le formule una pregunta. El templado presidente de Gobierno español puso ayer muy buena cara cuando Angel Expósito le leía las cuestiones planteadas por la prensa. Eso sí, no contestó a ninguna.
«Más Mariano que nunca», Juan Fernández Miranda
Rajoy fue más Mariano que nunca. Está tranquilo, y lo transmite. Está cómodo, y se le nota. Es el vencedor, y todos lo saben. Así es fácil afrontar un foro tan exigente como el de ABC. Y sólo así se explica que pueda responder a una pregunta sobre Aznar con la siguiente frase: «Gracias por no insistir». La madre de las evasivas, pronunciada con tanta naturalidad, se hace hasta simpática. En realidad, no querer responder a una pregunta sobre Aznar es una forma de responder.
«Una china en su zapato ganador», Isabel San Sebastián
El Rajoy que subió a la tribuna era un líder consolidado y bendecido no solo por su partido, sino por el poder económico. «Estos meses le han fortalecido a él y debilitado a sus rivales», sentenció a mi lado un veterano popular. ¿Por qué razón, entonces, la mención de Aznar le produce sarpullido? «Gracias por no insistir», dijo sobre Aznar. El público rio la «gracia», pero a él no le hacía ninguna. Aznar es un obstáculo irritante en su apuesta por «el diálogo». ¡Con el tándem que harían juntos!