Juan Fernández-Miranda - ANÁLISIS
Violencia gratuita
Si le preguntan a uno de esos tipos de Arran que se dedica a quemar autobuses, pinchar bicicletas o asaltar restaurantes por qué recurre a la fuerza, responderá, poniéndose intenso, que «la violencia verdadera es la que el sistema ejerce contra el pueblo», y que «lo nuestro solo busca despertar conciencias». Su ideología sectaria de buenos -ellos- y malos -los demás-, bebe de un concepto sectario de la convivencia y uniformador de la realidad, y si para ello hay que recurrir a la violencia, adelante. Esa es la principal diferencia entre ellos -los que justifican sus violencias- y todos los demás, que podemos agrupar genérica (y generosamente) en demócratas.
El problema es que tipos como los de Arran -y sus hermanos mayores de la CUP- siempre adquieren protagonismo cuando hay partidos políticos haciéndoles el juego. ¿Qué beneficio sacan ERC y el PDECat del apoyo parlamentario de la CUP?
Es difícil aislar cualquier cuestión en Cataluña de la matraca soberanista, pero la independencia es sólo uno de sus objetivos, del mismo modo que otro es esta campaña contra el turismo. Su única ideología es la demolición total del sistema, les molesta la Ley, y por eso promueven actos violentos que les salen gratis penalmente y les permite seguir haciendo proselitismo en sus cavernas.
Si le preguntan a uno de esos tipos de Arran qué tal les fue tal o cual acto vandálico su respuesta será que «fue divertido» y responderá soberbio: «Además, no pasa nada». Amigos Mas, Puigdemont, Junqueras y Colau: Quid pro quo.
