Los vecinos de las zonas amenazadas comparten congoja con quienes ya perdieron sus casas
La imagen de la devastación genera un clima de congoja del que nadie se libra.Un hombre nos...
La imagen de la devastación genera un clima de congoja del que nadie se libra.Un hombre nos cuenta que ya no le quedan lágrimas que derramar, y que la única opción es "volver a nacer". Nos habla en el límite de exclusión que otros como él cruzan para rescatar enseres o alimentar al ganado. No muy lejos encontramos a Andrea"He perdido todo", cuenta "me quedaron las cosas que tenía por casualidad en el coche"Al observar el paisaje desolado que deja la lava a su paso, reflexiona sobre el alcance de la pérdida."Se te quema la casa y por lo menos tienes algo alrededor, pero esto... ni recuerda nada donde has vivido 20 años"Sabe que empezar de cero "No hay suelo para tanta gente ahora", será complicado.La historia de Ana alberga algo de esperanza. Está vaciando la casa de sus padres en San Borondón, anticipándose a una posible evacuación. Si llega la lava ella también perderá el suelo que fue su hogar.