Tsunami Democràtic coló las pelotas amarillas del Camp Nou dentro de bocadillos
Los Mossos certifican un claro declive de Tsunami Democràtic y niegan que la plataforma tuviera capacidad para utilizar drones
El fracaso de Tsunami Democràtic en su intento el pasado miércoles de usar el clásico entre el Barcelona y el Madrid como plataforma de agitación política respondió a errores de planificación pero, sobre todo, a una capacidad de movilización de esta plataforma cada vez más escasa .
Fuentes de los Mossos consultadas por ABC apuntan que la plataforma anónima -investigada por la Audiencia Nacional por terrorismo- alcanzó su máxima capacidad en las movilizaciones posteriores a la sentencia del 1-O -bloqueo de El Prat y de la AP-7-, pero que l a tendencia en los actos siguientes (como en la jornada de reflexión de las últimas elecciones) es claramente a la baja . De hecho, y pese a presumir de tener a más de 20.000 seguidores dispuestos a reventar el clásico, el miércoles apenas pudieron movilizar a 5.000 personas. «Entendemos que comienza un declive imparable», apuntan a ABC las citadas fuentes.
Entre la capacidad real de movilización y la propaganda hay un abismo. Ayer mismo, un portavoz de Tsunami Democràtic entrevistado de forma anónima en Catalunya Ràdio aseguró que una de las acciones previstas durante el partido era usar drones para desplegar grandes pancartas en el terreno de juego. Al repecto, las versiones son contradictorias. Según el consejero de Interior, Miquel Buch , fueron los inhibidores que habitualmente usa el FC Barcelona los que impidieron esta acción, en lo que fue un intento por su parte de no enemistarse con el independentismo. En contra de esta versión, Tsunami apuntó que no se pudieron usar los drones porque los dispositivos fueron interceptados por la Policía autonómica , un relato desmentido categóricamente por las fuentes consultadas, que aseguran que no se llegó a desplegar el dispositivo antidrones porque no fue necesario más allá de un vuelo no permitido, pero no en el Camp Nou sino en la zona de Pedralbes, y a primera hora de la tarde.
Otros anuncios de Tsunami como la intención de «hackear» los marcadores del estadio, o el corte del suministro eléctrico, entrarían también en el terreno de la propaganda. Frente a la incapacidad de llevar a cabo grandes acciones, la movilización, por así decirlo, es mucho más pintoresca. Así, por ejemplo, las varias decenas de balones amarillos que se lanzaron al campo en la media parte entraron camuflados dentro de bocadillos , pero muchos más fueron detectados por los Mossos.
«Como en octubre»
Lo que sí que no ha cambiado es la culminación de la convocatoria con incidentes graves: cargas policiales, 64 heridos, diez detenidos y la ya clásica imagen de contenedores en llamas. Ardieron varias decenas. Respecto a los incidentes, el consejero de Interior atribuyó su inicio a un grupo de ultraderecha de los Boixos Nois, que durante el encuentro protagonizó una pelea multitudinaria pelea con unos 200 integrantes de Arran, las juventudes de la CUP. Al intervenir los Mossos para separarlos se desató una batalla campal que «recordó a octubre», apuntó Buch en alusión a los altercados tras la sentencia del 1-O.