Análisis
El triunfo de la polarización
España y Suecia tienen interesantes silimitudes: aumenta la preocupación por la inmigración, crece la fragmentación electoral y vence la polarización política
Para entender el convulso panorama electoral español nada mejor que analizar la encuesta de GAD3 para ABC desde una perspectiva internacional. Suecia no es España, a pesar del sol que nos lució ayer en Malmö. Pero ambos reinos tienen interesantes similitudes más allá de que el Riksdag tenga el mismo número de diputados que el Congreso; en realidad uno menos desde 1976 para evitar los frecuentes empates parlamentarios.
En ambos países, crece la preocupación por la inmigración . Si bien la preocupación en España dista mucho del nivel de alarma en el país que mayor número de refugiados per cápita ha acogido: Suecia. Las elecciones de ayer eran las primeras desde la crisis migratoria de 2015 por lo que era lógico que la inmigración fuera una de las preocupaciones principales en campaña. El gran beneficiado ha sido el partido euroescéptico y anti-inmigración Demócratas Suecos.
En los dos países crece la fragmentación electoral que se traduce en inestabilidad política a pesar de los mecanismos iniciales para evitarla. Ni el umbral de entrada del 4% de Suecia, ni el pequeño tamaño de las circunscripciones en España, evitan ahora que la gobernabilidad dependa de formaciones minoritarias.
Pero la mayor similitud en ambos electorados es la polarización . En el caso de Suecia, la polarización está provocada por la crisis migratoria y es alimentada por los líderes de la formación Demócratas Suecos. En el caso de España, resurgen artificialmente nuevos ejes de polarización que parecían ya superados con el objetivo de dividir el voto conservador. La preocupación de sus impulsores no son los restos de Franco sino los restos de D’Hondt .
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