Las tres razones por las que el Gobierno cree que en 1996 fue más fácil cumplir

Sector público privatizable, menos pensiones y regiones sin transferencias

Pantalla de la Bolsa de Madrid EFE
Sara Medialdea

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Las críticas de Aznar a una posible relajación del Gobierno popular en el cumplimiento del objetivo del déficit, hechas públicas el pasado viernes en el Foro Anual de Economistas y ratificadas ayer en la Tercera de ABC, han levantado ampollas entre sus compañeros de filas. Especialmente, cuando el expresidente tachó de «errada» -por «inexacta y forzada»- la comparación entre lo conseguido por él mismo en su Gobierno de 1996 y lo logrado por Rajoy en el que se inició en 2011.

En Moncloa estas afirmaciones les han llevado a revisar los datos, y tras ello han llegado a la conclusión de que Aznar se equivoca. «Sus apreciaciones han sido muy injustas », explican, entre otras cosas por las diferencias entre ambas situaciones: la del Gobierno que se inició en 1996 con un déficit del 7 por ciento y en pleno ciclo de expansión económica no tiene nada que ver, afirman, con la que se daba en 2011 cuando Rajoy llegó a la presidencia del Gobierno, cuando el déficit estaba «por encima del 9 por ciento, la economía había entrado en recesión y el país se encontraba en peligro de rescate».

A juicio de los analistas monclovitas, se dieron en ese primer gobierno de Aznar tres circunstancias muy diferentes a las que tuvo que lidiar Rajoy, y que es imprescindible tener en cuenta a la hora de valorar la evolución económica en ambos momentos.

La primera de estas circunstancias fue la existencia, en 1996, de «un sector público que se podía privatizar », algo que de hecho «se hizo, y eso ayudó a equilibrar las cuentas del país». En este capítulo entran el paso a manos privadas de grandes compañías hasta entonces públicas como Endesa, Telefónica o Argentaria. «Ahora, sin embargo, sólo teníamos una parte de Aena, y hubo que desprenderse de ella en condiciones de mercado muy diferentes de las que se dieron hace 20 años», recuerdan.

Recortes «sin boicot»

La segunda diferencia considerable que señalan es que «no se habían hecho todavía las grandes transferencias competenciales a las comunidades autónomas », por lo que «los recortes del Estado en materias sanitarias y otras se podían llevar adelante sin que fueran boicoteados esos esfuerzos desde gobiernos regionales de otros partidos».

La tercera circunstancia diferente entre ambas situaciones tiene que ver con el número de pensionistas: «Entonces había en España la mitad de los que hay ahora», con lo que esto supone en coste para las arcas públicas. Según las cifras oficiales, al inicio del primer mandato de Aznar no se llegaba a los 7,5 millones de pensiones, y ahora se superan los 9 millones. La conclusión del Gobierno tras este análisis es «que lo que se ha dicho es injusto».

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