Tres años después, las víctimas del 17A esperan el juicio
La Fiscalía no acusa por los asesinatos a los únicos tres procesados
Las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017 llevan tres años esperando justicia y si bien los tres detenidos por los hechos se encuentran en prisión provisional y tienen el banquillo cada vez más cerca, ni el juez instructor ni la fiscal a cargo de la causa les sitúan como responsables de los 16 asesinatos que se consumaron y los más de 137 perpetrados en grado de tentativa.
Tras una instrucción desarrollada en tiempo record, -poco más de un año- la apertura de juicio oral contra Driss Oukabir, Mohamed Houli Chemlal y Said Ben Iazza se hizo esperar por dificultades en la identificación del número real de afectados que dejaron los atentados. Fue el pasado mes de julio cuando, finalmente, la Audiencia Nacional acordó enviar a los tres detenidos a juicio, pero no por los asesinatos, que habrían cometido directamente los miembros de la célula yihadista abatidos por los Mossos d’Esquadra en Barcelona y en Cambrils. Han sido procesados por colaboración con banda terrorista, tenencia y depósito de explosivos y estragos.
La Fiscalía, en la línea del auto, solicita penas de entre 8 y 41 años de cárcel. Mientras, la Asociación de Víctimas del Terorismo (AVT), acusación popular, y la Asociación de Víctimas 11-M, así como acusaciones particulares como la que representa Fuster Fabra, reclaman prisión permanente revisable para Oukabir y Houli, a quienes imputan responsabilidad directa en las muertes.
En la AVT, que reclama además 2.800 años de cárcel para los dos mencionados y 25 para el tercer procesado, Ben Iazza , ven difícil que prospere su pretensión, pero han decidido mantener los cargos por justicia con los afectados. Si el tribunal lo acoge, sería la primera vez que en la Audiencia Nacional se impone la pena máxima, pues la permanente revisable se introdujo en 2015 y no se han enjuiciado delitos de tal entidad.
Mismo relato de los hechos
Cabe esa posibilidad, aunque remota, porque las acusaciones coinciden en el relato de los hechos. Concluyen que en 2015 se constituyó una célula yihadista con la finalidad de atentar en España integrada por jóvenes marroquíes residentes en Ripoll (Gerona) liderados por el imán Abdelbaki Es Satty, fallecido en la vivienda de Alcanar donde almacenaban material susceptible de ser utilizado como explosivo. La deflagración cambió sus planes y al día siguiente atacaron Las Ramblas.
Las acusaciones atribuyen a Oukabir y Houli el acopio de material en la malograda casa y, en el caso del primero, también el alquiler de la furgoneta con la que Younes Abouyaaqoub , abatido, perpetró los atropellos en Barcelona.
En cuanto a Ben Iazza, se le imputa haber prestado otro vehículo al autor de los atropellos a sabiendas de que lo ultilizaría para trasladar material explosivo a Alcanar.