Torra recula ante Puigdemont y suspende el adelanto electoral

La información de ABC provocó una bronca entre el presidente y el prófugo

El presidente de la Generalitat en una imagen en el Parlament Efe
Salvador Sostres

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Tras más de dos meses sin hablarse con su sucesor, Carles Puigdemont supo por la información de ABC que Quim Torra planeaba anunciar hoy en una entrevista en TV3 el adelanto electoral para el próximo 11 de octubre . Torra está harto del cargo y de sus servidumbres, y hace tiempo que quiere marcharse, y quiere hacerlo «con dignidad» y no porque el Tribunal Supremo le inhabilite, lo que está previsto que suceda entre la primera y la segunda semana de octubre, más bien la segunda. En cambio, Puigdemont quiere tiempo para consolidar su nuevo partido -que no es nuevo sino la enésima fragmentación de lo que una vez fue CiU- y al conocer los planes del actual «president», que es quien de hecho tiene en exclusiva la prerrogativa de convocar elecciones, montó en cólera y empezó entre los dos una violenta disputa a través de Elsa Artadi, vicepresidenta de la recientemente estrenada formación del expresidente forajido.

El adelanto electoral ha quedado tras la bronca en el aire, pudiendo suceder cualquier cosa en cualquier momento. El equipo de Torra ha cancelado la entrevista en TV3 y hoy es una incógnita si cederá en su propósito de marcharse antes de que el Supremo dicte su previsible inhabilitación o si sólo está ganando un poco de tiempo. Fuentes de Esquerra creen que Torra podría anunciar en los próximos días la fecha electoral sin llegar a convocar en aquel mismo momento las elecciones.

El «president» se siente desautorizado por Puigdemont, poco reconocido por los catalanes y atosigado por una ERC que quiere elecciones cuanto antes para evitar que el «próximo títere de Puigdemont» se dé a conocer. Las encuestas reducen cada vez más la ventaja que hace unos meses tenían los republicanos -de hasta 10 escaños- y algunas dan ya empate técnico. «Ya casi les tenemos», señalan destacados dirigentes del entorno de Puigdemont. «Aragonès no es nadie y Junqueras ha enloquecido».

Por su parte, Ciudadanos, primera fuerza del Parlamento de Cataluña, ha lanzado el reto a la oposición de unirse bajo una sola candidatura. El PP no ha dado aún una respuesta oficial y el PSC la descarta de plano y cree que un vuelco electoral es posible con el «discurso y el carácter centrado, moderado, catalanista y conciliador de Miquel Iceta». Los socialistas confían en un buen resultado -5 o 6 diputados- de los restos de Convergència que Puigdemont deja atrás y que tendrían en Àngels Chacón, la consejera de Empresa y Conocimiento, a su candidata. Los socialistas catalanes se sentirían cómodos pactando con esta facción de la vieja Convergència, en la línea del acuerdo al que llegaron para que la exalcaldesa de Hospitalet, Núria Marín (PSC), presida la Diputación de Barcelona. A pesar de los rumores en este sentido, los dirigentes socialistas son rotundos al señalar que «no nos fiamos ni de Esquerra ni de Junqueras». Sólo Dios sabe si Iceta tampoco puede dormir tranquilo, como cuando Sánchez repitió las elecciones por no gobernar con Podemos.

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