El torcido camino a Siria entre drogas y la yihad

En el caso del súbidto marroquí de 46 años detenido ayer en Sagunto (Valencia) por planear irse a Siria a unirse al terrorismo islamista, hay constancia de que en un momento decidió meterse en el tráfico de drogas para pagarse el viaje pero confusión sobre por qué decidió dejarlo para más tarde, probablemente en vista de lo bien que le iba el negocio del trapicheo. En el Islam, todo trato con estupefacientes, como con el alcohol, es «muskir» y no está permitido, pero ahí está la «taqiyya» -el arte de disimular los hábitos más rigoristas para despistar-, y con él la financiación internacional del radicalismo más violento a través del mercadeo del hachís o el opio y el uso por parte de los combatientes del califato del mítico «captagon» en pastillas, que ni deja dormir ni temer a nada.

El varón atrapado en Sagunto este lunes, por lo que parece, no llegará a tanto. Su arresto en una operación conjunta de las comisarías generales de Información y Judicial de Policía Nacional se ha producido después de que haya evidencias para pensar que ha incurrido en delitos de integración en organización terrorista, adoctrinamiento, enaltecimiento del terrorismo, contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal, lo que según el Ministerio del Interior le convierte en «un potencial peligro para la seguridad nacional».

La detención es el producto de un seguimiento de más de tres años, iniciado tras la detección de la radicalización exprés de este hombre y su inicio en el consumo masivo de material yihadista, que además replicaba y ensalzaba en los perfiles de sus redes sociales. En unos meses pasó de 12 seguidores a tener mil , a los que hacía partícipe de su deseo de marchar a Siria a luchar como un terrorista más.

El punto de inflexión en su historia se produce cuando contacta con un integrante del actual Jabhat Fateh as-Sham, frente de la órbita de Al Qaeda legendario por su violencia en el lucha sirio-iraquí y herededro de Jabat al Nusra, con el que empieza a preparar su viaje al territorio del Califato. Su matrimonio con una mujer de etnia gitana cuya familia se dedicaba al tráfico de drogas , según fuentes policiales, introdujo al ahora detenido en un lucrativo comercio que le ha costado dejar. De hecho, en el mismo operativo han sido arrestadas otras dos personas que, sin tener aparentemente contacto con la causa yihadista, sí lo tienen presuntamente con el mercadeo de estupefacientes.

A la espera de ser puesto a disposición judicial, el principal arrestado fue ayer conducido a Madrid desde Sagunto, donde fuentes consultadas no pudieron precisar si su caso está conectadocon la detención hace un año en la misma localidad valenciana de un peligroso captador, -en este caso al servicio del Daesh, no de Al Qaeda- también de origen marroquí, especialista en enviar a Siria candidatos a combatientes extrajeros, uno de los cuales se inmoló en Irak causando 33 víctimas mortales.