«El tal Toni», un cortafuegos sin rostro al servicio del Gobierno catalán
Los testigos retuercen sus testimonios para romper el relato que pruebe la malversación
![Tribunal del juicio del «procés» en el Tribunal Supremo](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2019/03/17/juicio-proces-tribunal-kSZ--1248x698@abc.jpg)
-¿Quién le llamó?
-Un tal Toni.
-¿Y le dice que es «un tal Toni»?
-Sí.
Con esa misteriosa referencia se ha aludido varias veces al hombre de la Generalitat que encargó diversos servicios preparatorios del referéndum ilegal de 2017. Se ha escuchado en varias sesiones del juicio oral al «procés». Varios testigos han señalado que «un tal Toni» les llamó para solicitar sus trabajos, una presentación controlada para ocultar al responsable de algunos preparativos del 1-O.
El primero que sacó su nombre fue Francisco Juan Fuentes, quien dirígía el departamento de producción de Unipost, la empresa postal que recibió el encargo de repartir las cartas del censo electoral elaborado por los antiguos dirigentes del Govern , ahora juzgados en el Tribunal Supremo.
Ante la incredulidad de la fiscal Consuelo Madrigal, Fuentes relató que ese hombre le llamó por teléfono y le comunicó que las 45.000 cartas iban a llegar a la empresa. La fiscal reflexionó en voz alta cómo era posible aceptar un encargo tan voluminoso de una persona que no se identificó. El antiguo empleado de Unipost explicó que la compañía, que estaba en números rojos y ahora ha desparecido, no podía rechazar un encargo tan apetitoso.
A cambio de nada
El servicio no llegó a fructificar. Unipost retuvo el material por la falta de seriedad -«no nos entregaron nada, ni un triste papel», dijo Fuentes sobre la ausencia incluso de albarán- y la Guardia Civil incautó el material el 19 de septiembre, en un registro ordenado por la Justicia.
Antes de ese día, la actividad clandestina rozó el ridículo, en una escena típica de una película de sábado después de comer. El 16 de septiembre, el propio Fuentes acudió a un polígono de Barcelona a recoger tres palés con las cartas de la Generalitat . Un hombre y una mujer -los hombres enviados por «el tal Toni», se supone- se bajaron de una furgoneta blanca y se los traspasaron a su furgoneta de Unipost. Se encargó el mismo en persona por la urgencia de la llamada, un sábado, sin tiempo para avisar a nadie más.
En otro testimonio volvió a aparecer «el tal Toni», detrás de quien la Fiscalía sospecha que se encuentra Antonio Molons, el antiguo responsable de Difusión de la Generalitat y actual secretario de Comunicación y de medios de comunicación del Govern. El surrealismo de una mala copia de un guión cinematrográfico de los hermanos Coen resucitó con la declaración de Enric Vidal, el diseñador gráfico al que le encargaron la publicidad de la campaña Civisme, la de las vías del tren, que buscaba fomentar la participación en el referéndum ilegal. A él también le llamó «el tal Toni».
Con cierta prepotencia, este testigo explicó que no preguntó quien era esa persona, como si fuera lo más normal . Vidal, que negó haber diseñado los carteles a pesar de que constan en su portfolio, dijo que él se encargó de intermediar con las imprentas y aseguró que no se esforzó en cobrar por ello.
Este testigo contribuyó a alimentar las sospechas y señaló que supone que ese hombre es Molons, porque le vio en un hotel; pero buscó confundir a los jueces y fiscales y dijo no estar seguro porque ve a muchas personas. En ese momento, el público y los periodistas ya hacían sus quinielas para desenmascarar a la persona a la que las empresas servían sin saber quien era, ese «tal Toni».
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