Juan Fernández-Miranda - XVIII Congreso del PP
Los tiempos marianos
Del Congreso del PP se extraen dos conclusiones: la triunfadora es Cospedal y Rajoy no admite presiones
Cuando más se emocionó ayer Cospedal no fue cuando su presidente la ratificó, sino cuando sus compañeros la ovacionaron. Han sido muchos años de lealtad silente -a Rajoy y al partido- y el reconocimiento del plenario fue especialmente simbólico para ella. No es que la decisión de Rajoy no le importara, es que ya lo sabía: exactamente desde hace tres meses, cuando lo que estaba en debate era la distribución de cargos en el Gobierno. Fue entonces cuando Rajoy tomó la decisión que fue anunciada ayer.
Así pues, del congreso del PP se extraen dos conclusiones, que en el fondo son la misma: la triunfadora es María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy no admite presiones. Nadie, ni en su partido ni fuera de él, ha influido lo más mínimo en la estrategia del presidente del PP, maestro ya en el manejo de los tiempos. Con esa naturalidad «mariana» se lo confesó a Curri Valenzuela y a los lectores de ABC dos horas antes que al resto: «No tengo apenas cambios que hacer, ya les cambié hace año y medio». Y se quedó tan ancho, como si nadie hubiese convertido el derribo de Cospedal en una obsesión y como si el debate sobre la acumulación de cargos no hubiese llegado hasta la misma víspera. Pero agua pasada no mueve molino y el PP se regocijó ayer en un congreso tranquilo hasta el aburrimiento e incluso autocomplaciente, entre otras cosas porque cuando el PP mira enfrente no ve más que una izquierda dividida en dos partidos fracturados.
El discurso de ayer de Rajoy fue el del presidente de un partido que afronta el futuro sin complicarse la vida en debates ideológicos. Con el apoyo del 95% de los suyos, el discurso de hoy lo pronuncia el presidente del Gobierno. Y ese es otro cantar.