El testimonio congruente de la víctima sirvió para condenar a los exfutbolistas

Los psicólogos que la entrevistaron dedujeron que la víctima tenía una edad mental de 13 años. Una adolescente poco madura y como le sucede a otras muchas chicas de su edad, obsesionada con la redes y la imagen que proyectan. Por eso, deduce la sentencia, sus comentarios virtuales no hay que tenerlos en cuenta: "no miente sobre los hechos expuestos, solamente que teniendo un sentimiento de culpabilidad, no deseaba que sus conocidos supieran la verdad de lo ocurrido" Como mecanismo de defensa, prefirió decir que había realizado los actos sexuales de forma voluntaria e incluso alardear de ello. Lo real se lo contó a sus hermanas, a sus padres, a los más cercanos con los que sí tenía confianza. En las tres horas de interrogatorio, también el tribunal dio total credibilidad a su relato.