El castigo es usted, señor Sánchez
¿Cómo se atreve a acusarnos a los millones de españoles que estamos en contra de su impúdica e interesada medida de gracia para los doce presos condenados de ir contra la concordia?
¿Pero cómo tiene la desvergüenza, señor presidente, de decir con cínica solemnidad, que hay «un tiempo para el castigo y un tiempo para la concordia», refiriéndose a los indultos de los golpistas catalanes? ¿Cómo se atreve, señor Sánchez, a acusarnos a los millones de ... españoles que estamos en contra de su impúdica e interesada medida de gracia para los doce presos condenados, de ir contra la concordia? Cuando quienes rompieron la convivencia entre españoles fueron precisamente los condenados. Su descaro no deja de sorprenderme, con esa destreza para cargar sobre las víctimas la culpa de los agresores. Ya lo hacen ustedes con las víctimas de ETA, cuando nos repiten que ya es hora de pasar página y no ser vengativas.
Son ustedes muy hábiles en presentarnos a nosotros como el problema, cuando el problema son los terroristas de ETA que asesinaron e hirieron a miles de inocentes. Pero a este Gobierno las víctimas del terrorismo le incomodan para sus pactos con PNV y Bildu y los españoles, víctimas del golpismo del 'procés', también les sobran en su pacto con ERC. Y por eso pretende el presidente confundirnos con su indecente juego de falsa bondad, diciendo que él apuesta por los indultos porque su Gobierno «rechaza la venganza y la revancha y que hay que mirar al futuro». ¡Mentira, el único futuro que a usted le preocupa, señor Sánchez, es el de acabar su legislatura, con honra o sin ella, ya sabemos que esos detalles no le quitan el sueño.
Para usted todos los que defendemos la unidad de España, la igualdad entre todos los españoles, el estado de Derecho y la libertad, somos unos revanchistas. Imagino que los jueces del Tribunal Supremo, que de manera unánime le han dicho que no cabe el indulto, lo son también, al ser incapaces de entender su imperiosa necesidad de contentar a sus socios de Gobierno, con su «autoindulto»; una absolución a los sediciosos con la que quiere que comulguemos todos los españoles y que, a Dios gracias, ha frenado el Supremo con una sentencia demoledora.
Aunque la verdadera concordia no está a salvo, porque el Gobierno más indigno y dañino de nuestra democracia seguirá pisoteando la justicia y humillando a todos los españoles, agarrándose a su derecho a conceder indultos. Señor Sánchez, usted no puede indultar a quien no solo no se arrepiente, sino que presume de que lo volverá a hacer. ¿Qué haría si vuelven a delinquir? ¿Va a volver a indultarlos en nombre de la convivencia, léase conveniencia?
Ha dicho usted que no es tiempo para el castigo. Otra de sus mentiras, porque usted, con estos indultos, esta castigando a todos los españoles, como también nos castiga cuando acerca y beneficia a los asesinos de ETA, que ya no hay ni uno lejos de su casa y que pronto estarán en la calle. Ya sabemos muy bien que prefiere premiar a quien merece ser castigado y condenar a quienes no lo merecemos. Esa es su lógica, permítame decirle bastante injusta.
¿Realmente no les avergüenza ver los titulares del 2017 cuando tanto usted, señor Sánchez, como siete de sus ahora ministros repetían que había que prohibir los indultos en caso de malversación y ahora dicen, sin despeinarse, que hay que indultar a los sediciosos y malversadores del 'procés'? Y hay que aguantar que el señor Ábalos, que ayer arremetía contra los indultos, diga hoy, refiriéndose a ellos, que «todo gesto de normalización es positivo». ¿Normalizar qué, señor ministro? ¿El delito de sedición y malversación? ¿O normalizar el escándalo, la indecencia y la inmoralidad al que este Gobierno nos tiene acostumbrados?
Pues va a ser que no, porque la sociedad civil está harta del gobierno del «vale todo», del «aquí no pasa nada» del que pacta con los enemigos de España y desprecia al primer partido de la oposición, al que pretende ningunear sin conseguirlo, como hemos comprobado en Madrid, donde los votantes han sido contundentes y le han dicho un claro «así no, señor Sánchez». Pero a usted el poder le ciega y vuelve a provocar a los españoles con unos indultos que no respetan las razones que prevé la ley: justicia, equidad y utilidad pública. Este perdón es solo de utilidad para el sanchismo, porque gran parte del socialismo está en contra.
Y así las cosas, los ciudadanos nos vemos obligados a responderle en la calle, con un rotundo «¡Basta ya!». Porque los españoles hemos sufrido demasiado para defender nuestra democracia y la unidad de España, para permitir que un presidente, que escogió ir de la mano de quienes cada día desprecian más nuestra nación, pisotee nuestra dignidad, regalando inmerecidos indultos a quienes no los merecen.
Y sigan ciegos ante la realidad y asustando al personal con el miedo a la derecha mientras pierden elecciones y tachan a millones de españoles de rancios, fachas y radicales, sin querer asumir que somos ciudadanos libres, sin miedo, con criterio, diferentes políticamente, pero unidos por la necesidad de defender a España de un presidente que no quiere defenderla y que con el indulto a los doce condenados asume la tesis del independentismo que habla de «presos políticos», refiriéndose a quienes intentaron dar un golpe de Estado a nuestra nación. No, señor Sánchez, en España no hay presos políticos, lo que hay son políticos como usted, presos de socios indeseables.
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