Terapias con perros para ayudar a los niños con daños cerebrales

Curro tienen graves problemas de movilidad y dificultades para hablar, pero cuando llega Azu, todo cambia. Se le suelta la lengua y los pies se mueven. Azu es uno de los perros que gracias a la Fundación Sin Daños hacen fácil lo difícil se ve en el rostro de violeta. Busca a Sumer con la mirada, interactúa. Porque habitualmente la fuerte medicación para controlar las crisis epilépticas la mantienen sedada y sin ganas de moverse. Izan también sonríe cuando llega su mejor amigo. Una encefalitis a los 8 meses lo cambió todo y ahora gracias a esta terapia, la dura rehabilitación se convierte en juego.