Las teorías de la conspiración que rodean a los mensajes de Puigdemont
Al conocerse la noticia se dispararon las elucubraciones que hablan de que hay algo oculto detrás de los mensajes del expresidente catalán a Comín

Algo se nos escapa. Todo parece demasiado perfecto, atado e incluso medido. La noticia de que Carles Puigdemont tiraba la toalla y así se lo hacía saber en varios mensajes al político que le acompaña en Bruselas, Antoni Comín, sobresaltó ayer a la opinión pública.
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Por ello, por ser el tema de conversación del día, desde las horas posteriores a la revelación , las teorías que hablan de una conspiración se dispararon en los mentideros. Y es que, efectivamente, todo parece demasiado bonito.
Un error de novato
En una época en la que hasta los futbolistas sobre el terreno de juego se tapan la boca para que las cámaras no descubran sus tácticas, la imprudencia de Comín —que no está precisamente paseando por Las Ramblas, sino huido de la Justicia en Bélgica— chirría.
O el descuido es mayúsculo o algo falla. Después de varios meses en territorio belga, el exconsejero cesado al calor del artículo 155 miró su teléfono móvil en una actitud demasiado relajada mientras en Barcelona, con la no celebración del pleno de investidura, el momento parecía suficientemente decisivo como para ocultar las cartas.
No es habitual tampoco que un político permita, en un acto público con prensa presente, que su teléfono móvil esté a tiro de los reporteros.
Un mensaje perfecto
Queda fuera de toda duda la pericia del periodista gráfico que, con su cámara, fue capaz de captar la conversación mantenida entre Comín y «Carles» —como se podía leer en la pantalla— que a la postre y a tenor de sus revelaciones, resultó ser Puigdemont.
Sin embargo el golpe de suerte se torna espectacular cuando en un solo pantallazo de cuatro mensajes se refleja toda la capitulación del «procés» encarnada en su máximo representante . Escrito en un catalán perfecto, para ser perfectamente traducido, desentona semejante tranquilidad cuando, como además apunta el propio Puigdemont, acaban de «sacrificarle».
Efectivamente, se echa en falta algún comentario altisonante en un momento de tanta tensión. Precisamente porque, según comentó el expresidente de Cataluña, «también» es humano.
Sóc periodista i sempre he entès que hi ha límits, com la privacitat, que mai s’han de violar. Sóc humà i hi ha moments que també jo dubto. També sóc el President i no m’arronsaré ni em faré enrere, per respecte, agraïment i compromís amb els ciutadans i el país. Seguim!
— Carles Puigdemont 🎗 (@KRLS) 31 de enero de 2018
Todas los ingredientes
Esquivo como pocos, hasta utiliza un sistema de mensajería más seguro que el habitual para comunicarse, Puigdemont queda al descubierto de una forma mundana como pocas. Con un solo pantallazo se observa toda su capitulación.
Los más suspicaces, no obstante, dudan de que este mensaje no estuviera perfectamente orquestado, ya que en él están recogidos todos los elementos clave del «procés» y su derrumbe : «El plan de Moncloa», «espero que puedan salir todos los presos», «la república catalana»... Son demasiados elementos juntos que dejaron al líder secesionista sin posibilidad de réplica.
Lo más probable, pese a todo, es que simplemente este sea un gran trabajo periodístico, sin embargo, los amantes de las teorías de la conspiración están de enhorabuena.