Manifestación del 11 de septiembre

Temor independentista ante una «Diada» que va a la baja

En esta ocasión hay 40.000 inscritos, 10.000 menos que el año pasado, en la manifestación del 11 de septiembre

Quim Torra, ayer en la localidad francesa Prada de Conflent EFE

Àlex Gubern y Miquel Vera

La manifestación independentista que tiene lugar cada año durante la «Diada» del once de septiembre se ha convertido en los últimos años en el termómetro político del nacionalismo catalán . Al calor de esta fecha -que según sus organizadores llegó a congregar hasta dos millones de personas en su momento de máximo esplendor- se ha dibujado la errática «hoja de ruta» del «procés» que ha llevado a Cataluña al bloqueo actual.

Aunque el peso de esta jornada en el marco mental del secesionismo es muy grande, su influencia y capacidad para marcar los tiempos políticos de los partidos independentistas y de la Generalitat depende en gran medida del grado de movilización que consiga en cada ocasión. Este año, las perspectivas son malas, lo reconocen incluso sus organizadores.

Así las cosas, según los últimos datos aportados por la otrora todopoderosa Assemblea Nacional Catalana (ANC) -que consagra buena parte de sus esfuerzos y recursos a organizar esta cita anual- en esta ocasión hay 40.000 inscritos, 10.000 menos que el año pasado . Se trata de una cifra muy alejada de los entre uno y dos millones de personas que la Assemblea se jactaba de reunir en años pasados.

Los nervios en la sala de máquinas del «procés» son evidentes. No en vano, después del fracaso de la «declaración de independencia» del pasado mes de octubre, ni el Govern, ni los partidos y entidades independentistas pueden permitirse otro paso en falso, en este caso en forma de calles vacías .

A pesar de ello, el cansancio dentro del propio movimiento independentista es tangible y la sensación de que Govern, partidos y entidades no cuentan con una estrategia más allá de alargar su estancia en el pode r hace prever que este año la manifestación será menos numerosa y muchos decidirán pasar la « Diada » en la playa.

En este contexto, sorprende el silencio oficial de entidades y partidos, que evitan referirse a la manifestación y piden la participación de la ciudadanía con la boca pequeña, conscientes de que muchos de los catalanes que saldrán este año a la calle van a abuchearlos por haber dejado a medias una « desconexión » con el Estado que hace un año prometían rápida e indolora. La motivación de la manifestación de este año también generó controversia: unos querían focalizarla en los «presos y exiliados políticos», aunque finalmente se impuso un enfoque más genérico.

El vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha sido de los pocos líderes del «procés» que ha hecho un llamamiento a salir a la calle asegurando que los catalanes tienen «más motivos que nunca» para manifestarse el once de septiembre. Aprovechó ayer una entrevista en Catalunya Ràdio para admitir que puede haber gente que esté cansada de movilizaciones.

A su vez, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie , advirtió que es importante «mantener el grado de movilización» para lograr hacer efectiva la independencia y evitó hacer autocrítica sobre las perspectivas de participación.

Torra ya no ataca

Mientras en Barcelona los nervios por la diada eran evidentes, Quim Torra acudía a Prada de Conflent (Francia) para clausurar la Universidad Catalana de Verano. Allí, matizó su intención de «atacar» al Estado y apostó por «acusarlo» durante el juicio a los dirigentes independentistas que tendrá lugar en octubre. «Estamos en el lado correcto de la historia», añadió entre los vítores de sus acólitos, a los que advirtió de un otoño que se prevé caliente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación