El Supremo ratifica la condena a 8 pakistaníes que secuestraron a una mujer para evitar que se divorciara
«Las convicciones culturales de otras sociedades no pueden sacrificar valores constitucionales como la libertad»
![Sede del Tribunal Supremo](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2015/10/21/tribunal-supremo--620x349.jpg)
El Tribunal Supremo ha confirmado las condenas de entre cuatro y cinco años de prisión impuestas a ocho ciudadanos pakistaníes que tuvieron retenida a una mujer de su familia porque se quería divorciar. Dice la Sala Segunda que las «convicciones culturales y sociológicas de otros pueblos» no pueden imponerse a valores superiores como la libertad. «El papel secundario y subordinado que algunas sociedades otorgan a la mujer nunca podrá aspirar a convertirse en un valor susceptible de protección», señala.
Sumera Rafik es una mujer pakistaní, soltera, que vivía con su familia en Logroño. la enviaron a Pakistán para que eligiera como marido a uno de los tres primos de su familia. Tras varios intentos frustrados de divorciarse, huyó a Barcelona, pero la familia consiguió con engaños que volviera a Logroño. Entonces comenzó su pesadilla: la retuvieron en el domicilio , retirándole el móvil, prohibiéndole salir de casa y siempre bajo el control de dos personas. Las mujeres de la familia hasta le acompañaban al baño. En dos ocasiones Sumera intentó lesionarse con un cristal del espejo del baño y bebiendo lejía. Finalmente, en un descuido de su familia pudo lanzar por la ventana tres notas sujetas por unas gomas de pelo, en las que pedía socorro. Una de esas notas cayó en la terraza de una vecina, que llamó a la Policía.
La sentencia da credibilidad al testimonio de la mujer, que contó con innumerables elementos de corroboración, como la declaración de los policías locales que acudieron al domicilio tras la llamada de la vecina «y destacaron el estado de liberación que experimentó Sumera, la ansiedad de su mirada cuando llamaron al domicilio paterno y las estrategias de simulación del resto de su familia y la ocultación de alguno de los documentos de identidad de la víctima» así como sus marcas en las muñecas.
La Sala recuerda que la protección penal de la libertad forma parte de nuestro patrimonio jurídico y en este caso, la libertad de Sumera fue «radicalmente cercenada por su familia». Lo fue cuando le impuso un matrimonio que no quería y cuando la encerró en el domicilio paterno para evitar su integración social y neutralizar cualquier intento de desarrollo de su proyecto existencial como mujer».
Los magistrados condenan igualmente a la madre, hermana y cuñada de Sumera. Al hacerlo consideran que la concepción patriarcal y de dominación de su cultura invocada por la defensa -para situarlas como meras espectadoras-, no puede justificar unas conductas que son «intrínsecamente ilícitas» .