Manuel Marín - Análisis

Suicidios colectivos

Manuel Marín

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Algo serio y aún desconocido ha ocurrido en el PSOE para que se hayan acelerado de un modo tan autodestructivo los tiempos previstos en el proceso de desautorización de Pedro Sánchez . Nada hacía imaginar que en plena campaña de las elecciones gallegas y vascas, y con un pronóstico demoscópico tan opresivo, iban a romper su silencio Díaz, Lambán, Puig, Rubalcaba, Madina, Chacón y el incesante goteo de críticos que consideran urgente un relevo en el partido. La herramienta para plantear de modo sibilino, pero inequívoco, la sucesión de Sánchez ha sido dar cobertura mediática a una marea solidaria con Fernández Vara por la idea de Ferraz de «despellejarle». El argumento formal, como coartada, es creíble. Pero el fondo es un creciente hartazgo interno que llega a su límite.

Cuando Lambán admite que lleva un mes sin hablar con Sánchez, y Vara dos, es porque el enquistamiento ha alcanzado un grado irreversible. Nadie en el PSOE quiere que Rajoy renueve como presidente … Pero a partir de esa conclusión común, las soluciones que plantean al dilema del bloqueo los distintos sectores del PSOE difieren. Lo que está en cuestión no es facilitar a Rajoy un gobierno en minoría de corta trayectoria, sino qué nuevo PSOE diseñar .

En esa modorra estaba Sánchez desde febrero, pero un cortocircuito ha disparado las alarmas. El encadenamiento organizado de reproches, y la exigencia de un Comité Federal que discuta cómo levantar el veto a una investidura del PP para pasar a la «oposición responsable», nunca debieron producirse en plena campaña. No estaba previsto, y menos con los caramelos que regala el PP a través de Barberá o Soria. Solo caben dos causas que lo expliquen: o se trata de frenar en seco la maniobra de un pacto real con Podemos y los independentistas; o los críticos dan a priori por catastróficos los resultados vascos y gallegos y están sentando las bases de un relevo más o menos inminente de Sánchez. O ambas. Nadie en el PSOE cree en una gestora provisional. A lo sumo, en unas primarias si hubiese nuevas generales . En cualquier caso es una rebelión adelantada pero organizada. Rubalcaba habla de un PSOE «asfixiante» y Lambán de una «devaluación» de la vida en el partido. Los suicidios colectivos en el PSOE son contagiosos.

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