Defensa
Submarino Isaac Peral (S-81): la puesta a flote más esperada
A mediados de abril la Armada iniciará al fin las pruebas de su nuevo submarino construido por Navantia

La nave de armamento de submarinos del astillero de Navantia en Cartagena bulle de actividad. A contrarreloj, unos 2.000 trabajadores se emplean a diario para sacar adelante uno de los proyectos de la industria militar nacional más complejos de la historia reciente: ... la construcción de los cuatro nuevos submarinos ‘clase S-80’ de la Armada Española.
La primera de sus unidades, el S-81 Isaac Peral , está a punto de cumplir uno de sus grandes hitos con su puesta a flote a mediados de abril. Es decir, pasará de la fase de construcción en la grada del astillero a las pruebas de puerto y de mar por parte de la Armada Española, que espera tenerlo operativo en el primer trimestre de 2023, una vez supere los test de inmersión, velocidad, operatividad o funcionamiento de sistemas. Este lunes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado que la puesta a flote de este submarino –que se producirá el próximo 22 de abril– es «esencial» para la Armada, que solo cuenta a día de hoy con el ‘Tramontana’ y con el ‘Galerna’.
La ceremonia del próximo mes no pasará desapercibida y, aunque no sea tan lustrosa como las tradicionales botaduras de los buques de superficie (la puesta a flote de un submarino consiste en rodarlo hacia un dique que luego se llena de agua y posteriormente se remolca), toda la atención estará puesta en Cartagena, habida cuenta del historial de dificultades, ya superadas, de este programa especial del Ministerio de Defensa.
Fallos superados del diseño
Tras fallos hallados en 2013 por el desvío de pesos y que hacían imposible su futura flotabilidad, el Ministerio de Defensa decidió enmendar el proyecto en 2018, siendo necesario acometer un nuevo rediseño del mismo, con un incremento de la eslora en 10 metros y, claro está, una nueva inversión que pasó de los 2.135 millones de euros iniciales a los 3.906,7 millones finales . Un esfuerzo de país para una capacidad clave que la Armada no podía perder al tener, en estos momentos, solo dos submarinos de la clase S-70 disponibles y uno de ellos, el Galerna, sufre un nuevo mantenimiento.
Los cuatro nuevos submarinos que se construyen en Cartagena son el citado Isaac Peral (S-81); el Narciso Monturiol (S-82) que estará operativo en 2024; el Cosme García (S-83), con operatividad en 2026; y el Mateo García de los Reyes (S-84), disponible en 2028, según la última planificación de Navantia. Los nombres de estos cuatro buques rinden homenaje a tres ingenieros y al militar que organizó el arma submarina española en 1915.

Con casi 3.000 toneladas de desplazamiento en inmersión y 81 metros de eslora, este nuevo submarino proporcionará unas capacidades novedosas a la Armada Española al convertirse en el único convencional -es decir, que no es de propulsión nuclear- con posibilidad de lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk si así lo dispusiese el Ministerio de Defensa. Es decir, junto a la posibilidad de lanzar también torpedos o misiles antibuque Sub-Harpoon Bloque II, la capacidad de disuasión del submarino S-80 se situaría a la vanguardia de las marinas de nuestro entorno.
Otro de los grandes avances tecnológicos del nuevo submarino de la Armada será «la capacidad de inmersión que proporcionará su sistema Propulsión Independiente del Aire (AIP por sus siglas en inglés e ingeniado por la empresa Abengoa) que le dotará de la capacidad de permanecer más de dos semanas en inmersión pura y sin necesidad de dar ‘snorkel’ para cargar las baterías, momento en el que el submarino convencional está más expuesto a ser detectado», tal y como explica a ABC el comandante de la Flotilla de Submarinos, el capitán de navío Ernesto Zarco. Actualmente, la capacidad de inmersión de los submarinos S-70, construidos en los años ochenta, es «de días» por lo que la capacidad de discreción se verá reforzada.
No obstante, este sistema AIP será integrado en los dos primeros submarinos cuando acometan su primer mantenimiento, ya en la tercera y cuarta entrega sí irán instalados de serie.
El grado de automatización del submarino también hará posible que un submarino de la clase 80 pueda ser operado por una dotación de 40 marinos, frente a los 69 de la clase S-70. «Con el S-80 pasamos a un submarino integrado y automatizado, en el que la mayoría de sus sistemas se basan en programas informáticos que permiten una integración casi total del control de la plataforma, armas, funciones e información y de estos con la Fuerza Naval», apostilla el comandante de la Flotilla de Submarinos.

Además, el submarino está habilitado para que miembros de Operaciones Especiales puedan ser lanzados a la superficie para acometer alguna de sus misiones. Algo clave en este tipo de buques capaces de no ser detectados a escasa distancia de las costas.
El jefe de Producción de Navantia Cartagena, Antonio Gutiérrez, señala, en el recorrido por la grada 1 de la nave de armamento de submarinos: «En estos momentos estamos en la fase de montaje final, con pruebas previas a la puesta a flote, iniciando la pintura en negro de su casco u otros trabajos como fue el montaje de las 360 baterías que el submarino lleva a bordo o la colocación de la hélice».
Hélice oculta, fundamental
Antes, a la entrada del control de seguridad del recinto del submarino S-81, parapetado por andamios y con la hélice totalmente oculta para evitar ningún tipo de filtración de este elemento crucial para conocer la traza acústica del submarino, el jefe de Producción de Navantia Cartagena alecciona sobre cómo se construye un submarino de la clase S-80.
Valga una explicación para neófitos ‘grosso modo’: se construyen cinco secciones por separado que son de propulsión, diésel, AIP, mando control y torpedos; se unen en un casco resistente (hito que se alcanzó en diciembre de 2019); se instalan los sistemas, sonares...; y se refuerza con la superestructura. Hélice, pinturas, sistemas de combate, torpedos, baterías. Todo un engranaje milimetrado de la mejor ingeniería naval de la que España siempre fue vanguardia.
«Hay que tener en cuenta que la construcción de un submarino es más parecida a la aeronáutica que a la naval. Por su forma de producción y diseño», advierte para nuestra sorpresa Germán Romero, director de ingeniería de Navantia Cartagena.

De forma paralela a la construcción del S-81 , submarino Navantia también trabaja en los demás buques del programa del nuevo submarino: en el S-82 , fabricación de estructuras no resistentes y el embarque de tanques en todas las secciones, habiendo comenzado los premontajes de tubería y equipos; en el S-83 , certificado del hito de alargamiento de las secciones; y en el S-84 , comienzo de la elaboración de cuadernas del casco resistente, una vez certificado el nuevo robot de soldadura automática de almas y platabandas.
Pese a las vicisitudes del proyecto, para Navantia el submarino S-80 puede marcar un antes y un después ya que varias marinas del mundo están en posición de modernizar su flota de submarinos. Una de ellas es India con un programa de seis nuevos submarinos con otros seis opcionales. Navantia ha superado la primera criba junto a otros cuatro astilleros internacionales que deberían formalizar una relación de transferencia tecnológica junto a un indio.
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