Suárez quiso que el Rey le enviara de mediador a las Malvinas
Tras su dimisión, el expresidente estaba dispuesto a liderar una opción política que compitiera con sus antiguos colaboradores
A medida que avanzaba 1982, el ya expresidente del Gobierno Adolfo Suárez iba dando más muestras de que no encontraba su sitio. Ya en mayo, el secretario general de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, se lo comentó al ministro de Defensa que informó a Emilio Alonso Manglano: «Suárez está irritado contra todo», le dijo a Manglano, según anotó éste en sus agendas.
Por un lado, el expresidente estaba torpedeando la labor de reconstrucción de la Unión de Centro Democrático (UCD), lo que sin duda iba a causar un perjuicio en las elecciones a su sucesor y previsiblemente iba a beneficiar el triunfo del PSOE, que llevaba años haciendo una oposición furibunda contra Suárez.
Una vez dimitido como presidente del Gobierno, Suárez no sólo abandonó la UCD sino que estaba dispuesto a liderar una opción política que compitiera directamente con sus antiguos colaboradores: el Centro Democrático y Social. Pero hubo más: Suárez quería mantener el protagonismo que como presidente de la Transición española había adquirido fuera de España.
En esos meses la política internacional estuvo marcada por la Guerra de las Malvinas , un conflicto armado entre Argentina y el Reino Unido desatado en 1982 por la soberanía de las Islas Malvinas. El conflicto se desató en el mes de marzo, y a primeros de abril se había pronunciado la ONU. Según desveló Sabino Fernández Campo a Manglano, «Suárez quiso que el Rey le enviara como mediador al conflicto de las Malvinas».
Todas estas revelaciones forman parte de 'El jefe de los espías' (Roca Ediciones), la biografía sobre el teniente general Manglano que ABC está prepublicando en exclusiva y que saldrá a la luz el próximo 14 de octubre.