La sombra de Sito Miñanco y otros dos clanes gallegos, tras el submarino hundido
Los narcos supieron que los controlaban y dejaron a la tripulación de la nave abandonada
Un narcosubmarino a seis metros de profundidad cargado de cocaína frente a la ría pontevedresa de Aldán. La imagen es inédita y la operación policial también. Nunca se había detectado ni en Europa ni en África un transporte tan sofisticado, capaz de atravesar el Atlántico desde Colombia sin paradas , repostando en alta mar. Tiene capacidad para cargar seis toneladas de cocaína y a falta del pesaje, una vez que ha sido reflotado y remolcado a tierra, se cree que podría transportar hasta 4.000 kilos de droga.
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Una cantidad como esa y la infraestructura económica y logística que requiere están al alcance de muy pocas organizaciones de narcos. De ahí, que fuentes policiales sostengan que solo hay tres clanes gallegos con esa capacidad: el de Sito Miñanco , encarcelado desde hace dos años; el del Pastelero y el del Burro. Los tres están en el punto de mira.
La Policía Nacional, la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera seguían la pista del submarino desde el día 15, tras recibir información del Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico sobre una embarcación que navegaba hacia las costas gallegas. El objetivo era trasvasar la mercancía a otro buque frente a las rías, pero algo falló y los tres tripulantes optaron por hundir el submarino y lanzarse al agua con trajes de neopreno y unas pequeñas maletas con sus pertenencias. Los agentes que vigilaban la última parte de la travesía detuvieron a dos ecuatorianos en tierra. El tercero, español, logró escapar.
Los investigadores sospechan que los narcos gallegos, uno o dos clanes aliados de los tres citados, recibieron información deliberada o involuntaria, o bien detectaron el seguimiento policial. Ante la posibilidad de caer, optaron por perder la mercancía . «Les fallaron los gallegos, no tenían barco o lanchas para alijar. Entonces recurrieron a una organización de Asturias para que saliera a buscarlos y tampoco resultó. Ante eso, decidieron hundir el sumergible y escapar», explican fuentes de la investigación a ABC. Mejor perder la carga que la libertad.
El batiscafo partió hace veinte días de Colombia con la cocaína. Se cree que fue fabricado entre Guyana y Surinán para un viaje y con una potencia de 2.000 CV inició la travesía atlántica. Los servicios policiales lusos también fueron alertados pero no lograron interceptarlo. «Llevábamos años oyendo hablar de este tipo de transportes, nos lo habían contado los americanos y algunos narcos detenidos pero nunca los habíamos visto», explica a ABC un agente de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía. En alta mar es casi imposible detectarlos. Navegan a dos aguas, son de color azul oscuro y lo que se ve desde el aire es una especie de mancha azul.
Los tres Cuerpos policiales establecieron un dispositivo aeronaval en la zona del Morrazo, que dio resultado frente a la ría de Aldán. Primero fueron las detenciones y ayer un submarinista del GEAS sacó un paquete de droga; a media tarde el sumergible fue reflotado. Hoy se averiguará cuánta cocaína llevaba en sus tripas.