Curri Valenzuela - CHISPAS
Socorro, que viene Sánchez
La Moncloa sigue con la misma aprehensión que la actual dirección del PSOE el avance de la candidatura de Pedro Sánchez para las primarias del mes de mayo. En Ferraz se observa con morboso interés la posibilidad de que el ex secretario general se haga de nuevo con las riendas del partido. Pero para el Gobierno ese revés sería aún mayor: supondría acabar con el proyecto de Mariano Rajoy de presidir una legislatura completa y conduciría irremediablemente a la convocatoria de nuevas elecciones generales el próximo otoño.
El plan de Rajoy de presidir cuatro años de gobierno tranquilo sorteando su minoría parlamentaria con el apoyo de Ciudadanos y pactos puntuales con el PSOE pasa porque el principal partido de la oposición cuente con un líder moderado y sensato. De acuerdo con su tesis oficial de no interferir en los asuntos ajenos, en Moncloa se niegan a hablar de nombres, aunque no hay que ser adivino para asegurar que tanto Javier Fernández, con quien Rajoy mantiene buenas relaciones, como Susana Díaz, la favorita entre los votantes del PP, según la encuesta publicada por ABC el pasado domingo, son los personajes más proclives a pactar con el Ejecutivo actual los dos grandes temas políticos pendientes: la afrenta del secesionismo catalán y la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado.
Patxi López, que declara cada vez que puede que fue un error que su partido permitiera, con su abstención, la investidura de Rajoy, no genera mucha confianza entre los populares, aunque su proximidad a Alfredo Pérez Rubalcaba y el hecho de que él mismo se abstuviera en la investidura atemperan ese sentimiento. Si Sánchez regresa a Ferraz, todo el plan del actual Gobierno se vendría abajo.
Para empezar, en lo relativo a la respuesta a la renovada campaña de los nacionalistas catalanes por separarse del resto de España, el Gobierno se quedaría sin más apoyo que el de Ciudadanos, con un líder socialista que afirma que Cataluña es una nación.
En segundo lugar, no queda duda de que Sánchez se negaría a negociar los Presupuestos de 2018, necesarios para que continúe la legislatura después de pasar 2017 con los prorrogados del año anterior, a lo que el Ejecutivo actual se ha resignado.
Sin Presupuestos, tendrían que convocarse elecciones generales, a lo más tardar en el próximo otoño. Malas noticias, según los sondeos que pronostican que PP y Ciudadanos podrían gobernar con mayoría, para un político que, si nadie lo remedia y los militantes socialistas se lo consienten, se ha empeñado en morir matando.