Los socios de moción de Sánchez arrementen contra Grande-Marlaska
Podemos, EH Bildu y los nacionalistas atacan irritados al nuevo ministro de Interior por su pasado como juez
En el día de los flashes y de las bienvenidas, Fernando Grande-Marlaska recibió los mejores deseos de su antecesor –«muchísima suerte, tu suerte es la de España», le dijo afectuoso Juan Ignacio Zoido–, defendió que el Ministerio del Interior que va a dirigir es un ministerio «de Estado, de nuestro país» y subrayó que trabajará «para generar lo que la Constitución nos exige: un Estado de Derecho», que estará atento a la diversidad y en «conexión con Europa».
Fue un acto multitudinario , con la presencia de los cargos salientes, las cúpulas de Policía y Guardia Civil, muchos compañeros de la etapa en la Audiencia Nacional, muchos amigos. El exministro del Interior socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, asistió en primera fila, y en el salón no faltaron los jueces Pablo Ruz, Alfonso Guevara y Fermín Echarri. Grande-Marlaska reconoció en un aparte con la prensa estar «en una nube» y no haber dudado ni un segundo en aceptar la cartera que le ofreció Pedro Sánchez, «un honor», explicó, trabajar con la Policía y con la Guardia Civil, con las que tanto ha colaborado durante su trayectoria judicial.
Hablaba el nuevo titular de Interior ya de ir a la Comisión correspondiente del Congreso a exponer sus «perspectivas», deliberadamente ajeno a que, fuera, su nombramiento había sido elegido por las mismas fuerzas políticas que han aupado a Sánchez a La Moncloa vía moción de censura para desacreditar al nuevo Ejecutivo. Léase, los nacionalistas, Bildu y Podemos.
Los amigos de los etarras se acordaron de que el juez Marlaska encarceló y persiguió a los pistoleros. «Mensaje recibido», escribió Arnaldo Otegi, en un aviso que en otro contexto hubiera sonado a amenaza. De otro lado, en una entrevista en TVE, Pablo Iglesias no pudo ocultar ayer su irritación por «haber hecho presidente del Gobierno» a Sánchez, y que Sánchez a su vez hubiera designado «ministros que gustan al PPy a Ciudadanos» y entre ellos a Grande-Marlaska, al que identificó directamente como «un ministro del PP». «Alguien que estuvo a favor de condenar a miembros del 15-M, que secuestró portadas de "El Jueves", desde luego no está en el espíritu del cambio. No sé quien ha convencido a Pedro Sánchez de que nombre un ministro del PP», se quejó Iglesias.
No parece haber agradado a Podemos que el gabinete no incluya ni un guiño hacia ellos. Ni a los nacionalistas que tampoco se les haya regalado una sola concesión en forma de nombramiento afín. En el caso de Grande-Marlaska, todo lo contrario. De ahí que el independentismo catalán también le haya recibido mal, empezando por la portavoz del Gobierno de Qim Torra, Elsa Artadi, que ayer puso al juez como ejemplo de nombramiento «sorprendente e inquietante». Desde el PNV, su presidente, Andoni Ortuzar, se refirió a él como un «viejo conocido» con trayectoria de «claroscuros», del que dijo esperar que «sea capaz de ayudar a cerrarlo bien». Lo de ETA.
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