Los socialistas navarros llegan a un preacuerdo con nacionalistas y Podemos para investir a Chivite
Geroa Bai reconoce avances «con algunos desacuerdos» en torno al euskera

Cuatro días de negociaciones han bastado para que el PSN cierre un preacuerdo de Gobierno con formaciones tan dispares como los nacionalistas de Geroa Bai y los partidos de izquierdas Podemos e Izquierda Unida . Esta noche se ha cerrado un documento al que tan solo le quedan unos flecos que se concluirán mañana.
Una amplia sonrisa ha acompañado a los representantes de las cuatro fuerzas políticas a su salida de la reunión que mantuvieron durante toda la tarde. En ella cerraron los acuerdos alcanzados previamente en siete mesas sectoriales : educación, cultura y deporte; igualdad, Navarra social y juventud; salud; política lingüística; empleo, programa económico y fiscal; regeneración, memoria democrática y función pública; y administración local, medio ambiente, sostenibilidad y energía verde. Tan solo dejaron para hoy el tema de autogobierno y la forma en la que funcionarán las cuatro fuerzas para cumplir el acuerdo.
Las cuatro fuerzas políticas coincidieron en que este preacuerdo garantiza que la candidata socialista, María Chivite, contará con el respaldo de 23 de los 50 parlamentarios con que cuenta el Parlamento de Navarra. Sin embargo, pocos dudan de que Bildu dará su abstención para permitir que la socialista sea elegida presidenta.
Abstención de Bildu
Las fuerzas reunidas hoy no no han querido responder a la pregunta de si Bildu ofrecería su abstención con los puntos acordados, pero ante la disyuntiva de posibilitar un gobierno que se autodefine como «progresista, plural y de izquierdas», y facilitar un gobierno constitucionalista de Navarra Suma, en el que están UPN, Partido Popular y Ciudadanos, todas las apuestas indican que no será muy complicado obtener la abstención que permita a María Chivite convertirse en la primera presidenta de Navarra socialista en los últimos 25 años.
El portavoz nacionalista de Geroa Bai, Koldo Martínez, ha reconocido que la Ley de Símbolos que permitiría colocar la ikurriña en los edificios públicos de Navarra y la extensión del euskera a toda Navarra como lengua oficial han estado sobre la mesa y se habló sobre ello. Sin embargo, no ha entrado en más detalles y se ha limitado a asegurar que «ha habido acuerdos y desacuerdos, también respecto al euskera».
En este sentido, la representante de Izquierda Unida, Marisa de Simón, ha insistido especialmente en las desavenencias, «que es una parte importante del acuerdo», y ha apuntado a que «ya os podéis hacer una idea de por dónde han ido los desacuerdos». En la pasada legislatura navarra, fue precisamente la formación de izquierdas quien frenó la ley de símbolos que pretendían los nacionalistas y la extensión del euskera. Pero estas medidas podrían ser utilizadas por Bildu para forzar su abstención.
En cualquier caso, los socialistas han cedido mucho en este proceso de negociación . María Chivite tenía prisa por alcanzar un acuerdo que le sirva de escudo ante las posibles exigencias de Pedro Sánchez de cara a la investidura a la que se someterá a partir del día 23. Si la dirección federal del PSOE le pidiera una marcha atrás, como ya sucedió en los años 2007 y 2011, a Chivite le resultaría más fácil resguardarse en el documento firmado entre las cuatro fuerzas navarras.
No obstante, el documento que se firmará mañana no deja de ser un preacuerdo. A partir de ahora, cada formación política trasladará el texto a sus bases y en las próximas semanas cada una de ella deberá debatirlas y, en su caso aprobarlas. Aunque visto el entusiasmo que han demostrado los líderes políticos en las últimas semanas sin ninguna contestación de las bases, todo parece indicar que contarán con el respaldo social.