OPERACIÓN TITELLA
El sobrino de José Luis Moreno niega facturación falsa y defiende la existencia de la serie sobre San Francisco
Explica que no pudo maniobrar para que Dreamlight defraudase IVA porque la sociedad, al no haber vendido aún la producción, no tenía que pagar ese impuesto
Raúl Fernández, sobrino de José Luis Moreno e imputado como él en la causa Titella que sigue la Audiencia Nacional, ha declarado este martes que no fabricó facturas falsas para defraudar el IVA en Dreamlight, la empresa en la que trabajaba y que se encargaba de producir la megalómana serie sobre San Francisco de Asís en la que se hallaba inmerso el conocido productor de televisión con el socio capitalista argentino Alejandro Roemmers.
Según informan a ABC en fuentes jurídicas, Fernández ha señalado a preguntas del juez Ismael Moreno y la Fiscalía en primer lugar, que él no elaboraba factura alguna. Dicho esto, ha explicado que Dreamlight no vendía productos ni servicios y en aquel momento, lo que hacía era ir tramitando las que le expedían los distintos proveedores que trabajaban para la serie. Por esta misma razón no podía haber necesidad de fraude en el IVA, pues al no haber vendido aún la serie en la que estaba trabajando la empresa, no tenía aún impuesto que pagar.
Conforme ha señalado, todo el control financiero de Dreamlight estaba en manos del socio capitalista, Roemmers, que tenía designada una gestoría en Marbella para tal fin. Fernández afirma que él recepcionaba la factura de un proveedor, por ejemplo, el alquiler de los estudios donde se rodaba, y daba traslado a esa gestoría. Allí se estudiaba el concepto y se aprobaba o rechazaba el gasto. Una vez validado, se le devolvía la factura al tiempo que se libraba la orden de pago. Él se limitaba en este punto, a firmar en nombre de Dreamlight, siempre según su declaración.
En este sentido, preguntado por la autenticidad de esos servicios que facturaban los proveedores, ha asegurado que existían, de acuerdo a las fuentes consultadas. Se ha referido a las nóminas del elenco y a las nóminas de los trabajadores pero también al pago del alquiler de los estudios para el rodaje. Ha incidido, de hecho, en que cuando se utilizaban estudios que eran propiedad de Moreno a través de otras sociedades, se cobraba a Dreamlight incluso «por debajo del precio de mercado».
También le han planteado si la serie existía y en este punto, se ha extendido en explicar que calcula en más de un millar las horas de grabación efectivamente realizadas, si bien no descarta que la cifra sea mucho mayor si se consideran las tomas desechadas. Ha explicado que el master de la producción está residenciada en una empresa especializada, Deluxe, que guarda en sus servidores la versión en máxima definición sobre la que se trabaja en postproducción.
Además, ha asegurado que el propio Roemmers estuvo este año en la sede de la productora en Moraleja de Enmedio (Madrid) visualizando algunos de los capítulos y que sí, efectivamente era un proyecto probablemente demasiado ambicioso y de factura muy cara porque además, incluía rodajes en el extranjero, pero estaba en marcha.
La comparecencia de Fernández forma parte de la nueva tanda de declaraciones acordada por el juez Moreno, que este lunes iba a escuchar también a un notario implicado en la trama que ha optado por acogerse a su derecho a no declarar. Hasta ahora, de los 50 detenidos por la operación Titella el pasado mes de junio, más de una quincena han pasado ya por el juzgado y los que se han avenido a declarar, han negado una trama de facturación falsa para desviar fondos.
El juez ha resuelto citar al propio Moreno como investigado y a Roemmers, que le acusa de una estafa millonaria por cuenta de la serie, como testigo. Esta diligencia está aún sin fecha.