Un soberanismo de amagar y fintar
El Gobierno de Puigdemont suaviza sus posturas para no provocar innecesariamente al TC
Evitar las provocaciones : El gobierno de Carles Puigdemont presume de que piensa llevar adelante su agenda soberanista sin provocar de manera innecesaria la reacción del TC. Un ejemplo es la moción aprobada ayer -suavizada en sus términos más evidentemente ilegales- algo que choca con el intento de la CUP de llevar el proceso al campo de la ruptura y la desobediencia. Hay multiples ejemplos de doble lenguaje.
Una «declaración» sustentada en la ley : La «declaración de ruptura» del 9-N, celebrado por el indepenentismo como algo así como el «punto de no retorno», fue tumbada de inmediato por el TC. Ante ello, el Parlamento catalán no respondió apelando a la «desobediencia», sino con un recurso en el que, siendo suaves, venía a decir que toda la gallardía de entonces era en realidad pose.
Consulta: Mas responsable político, pero no legal : Otro ejemplo palmario de doble lenguaje se vivió a raíz del proceso judicial abierto contra Artur Mas y dos de sus consejeras por la consulta de 2014. Ese mismo día, crecido ante la inacción del Estado, Mas proclamó: «Si la Fiscalía busca un culpable, ese soy yo y mi gobierno». Citado a declarar ante el TSJC, Mas no apeló a la épica sino al más estricto legalismo. Su tesis: él fue el responsable político, pero la ejecución de la consulta tras la suspensión del TC fue obra de voluntarios..
Exteriores, el «minister» Romeva acata al TC : La suspensión del TC de parte de las funciones de la consejería de Exteriores fue respondida con un cambio de nonmbre del departamento, aunque Raül Romeva sigue presentándose como «minister» en sus tarjetas de visita en inglés.