Los siete días «horribilis» de Albert Rivera
Las presiones externas para facilitar la investidura de Pedro Sánchez irrumpen en el seno del partido en una semana negra
El huracán que provocó el pasado 17 de junio la fractura unilateral de Ciudadanos (Cs) con la plataforma de Manuel Valls se ha quedado en ráfaga de viento tras la dimisión que anunció ayer Toni Roldán , uno de los trece integrantes del Comité Permanente del partido. Las presiones externas para que Cs se abra a negociar con Pedro Sánchez su investidura ya han llegado al seno de la formación liberal. El Comité Ejecutivo volvió a votar y el resultado reflejado fue muy distinto al del pasado 17 de febrero. Si en aquella cita hubo unanimidad en el veto a Sánchez, ayer cuatro voces pidieron levantarlo, tres se abstuvieron y cuatro miembros de la Ejecutiva prefirieron no opinar.
A la dimisión de Roldán le siguieron la del eurodiputado Javier Nart –aunque este solo renunció a su asiento en la Ejecutiva– y la del candidato de Cs en Asturias, Juan Vázquez , críticos también con la política de pactos de los liberales. Con estas tres bajas se cerraron «siete días horribilis» para Albert Rivera , que afronta su momento más duro desde que lidera Cs. En la mejor coyuntura electoral del partido, con 57 diputados en el Congreso y entrando en gobiernos municipales y autonómicos, se vive el periodo de más crítica interna.
El ex primer ministro francés Manuel Valls , auspiciado por Cs en Barcelona, lleva criticando el rumbo emprendido por Rivera desde la constitución del Gobierno andaluz con el apoyo externo de Vox . Su apoyo a Ada Colau para evitar un ejecutivo de ERC, en contra del criterio de Cs, terminó de romper unas relaciones ya deterioradas .
El miércoles llegó el segundo dardo a la dirección nacional, cuando recién constituidas las Cortes de Castilla y León y presentado un acuerdo programático del PP y Cs, Francisco Igea reconoció ante la prensa la «decepción» y el «cabreo» de sus electores. No sentaron bien estas palabras en Madrid, y desde el partido quisieron remarcar que el pacto con el PP era «lo mejor» para los ciudadanos.
Con motivo de la reunión del ALDE de cara al próximo Consejo Europeo, Albert Rivera dedicó unas palabras a los medios para presumir de unidad en el liberalismo europeo. En España la última vez que compareció ante los medios fue tras reunirse con Pedro Sánchez y trasladarle su segundo «no» a la investidura el pasado 11 de junio. En Bruselas, Rivera afirmó que «el Elíseo» le había felicitado personalmente por los pactos autonómicos y municipales de Cs, pero fuentes del Gobierno francés desmintieron que nadie hubiese avalado los acuerdos de Rivera «ni en público ni en privado». Después matizaron desde Cs que el presidente del partido se refería a La République En Marche , la formación de Emmanuel Macron , y no a su Ejecutivo, pero lo cierto es que desde el Gabinete francés se ha producido un acercamiento a Sánchez y se ha advertido a Rivera de que no son «una opción» los pactos con Vox.
Según fuentes de Cs, Rivera rechazó reunirse ayer con Sánchez –este se lo pidió el lunes pasado–, porque ya le ha reiterado su no en dos ocasiones y ve innecesario hacerlo una tercera. Los «siete días horribilis», de momento, no cambian nada en Cs.
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