Urquijo: «El PNV siempre elige a quienes apoyan un proyecto de ruptura»
El presidente de la asociación Esteban de Garibay reprocha a Sánchez que pretenda «normalizar el brazo político de ETA» para ser investido
Carlos Urquijo (Llodio, Álava, 1964) advierte de que el nacionalismo radical está «condicionando la agenda» de la política vasca. Del exdelegado del Gobierno brotó la concentración de protesta contra la intervención del etarra José Ramón López Abetxuko en la UPV. La organización que preside, Esteban de Garibay, también sufrió el acoso de los extremistas, que recientemente trataron de boicotear uno de sus actos. «Hay que seguir trabajando para que la libertad se abra camino», sostiene.
Estuvo al frente de la protesta contra la charla de Abetxuko en el campus de Vitoria. Sus críticas iban dirigidas también a los que se mantuvieron «indiferentes» ante el extremismo.
Bueno, la respuesta fue la que se esperaba, porque con el clima que hay actualmente en el País Vasco no podíamos aspirar a que hubiera muchas más personas. Pero los medios se hicieron eco, y toda España pudo conocer la vergüenza de que un asesino se presentara como una especie de catedrático de universidad. Me gustaría agradecer el apoyo moral y material de la Fundación Villacisneros, porque sin él lo que hacemos no sería posible.
¿Hubo enfrentamientos entre constitucionalistas y radicales en el campus universitario de Vitoria, así como durante el acto de «Libres e Iguales» en favor de la Carta Magna en Bilbao. ¿Se están polarizando la sociedad y la política?
Polarizando no, pero creo que quienes se enfrentan al nacionalismo son señalados públicamente. Los que nos sentimos vascos y españoles también tenemos derecho a existir, pero la sociedad vasca está adormecida por el nacionalismo.
Su regreso a la actividad política no ha pasado inadvertido por Bildu. Arnaldo Otegui consideraba esta semana «una catástrofe» que sea usted quien marque la agenda.
Lo que es lamentable y preocupante es que los que marquen la agenda política sean los separatistas de España aprovechándose de la debilidad de Pedro Sánchez. La vergüenza, los que nos debe mover a la reflexión, es que un candidato a la presidencia del Gobierno normalice la presencia del brazo político de ETA para conseguir apoyos para la investidura.
¿Qué análisis hace de la negociación de investidura?
El hecho de que Sánchez esté en esta situación de debilidad extrema y sus ansias de continuación en La Moncloa van a ser dramáticas para la España que hemos conocido hasta ahora. La continuidad de España como nación no le importa, incluso ha pactado con el brazo político de ETA en Navarra.
Cayetana Álvarez de Toledo lamentó en Bilbao la condescendencia de las «élites madrileñas» con el PNV. ¿Se ha sido benevolente con el nacionalismo?
Yo creo que sí. Se pensaba que atendiendo a sus reclamaciones se iba a conseguir un nacionalismo leal con España, y no ha sido así. Ellos nunca se han conformado, han ido aumentando sus exigencias. Se ha intentado presentar al nacionalismo vasco como algo razonable, con una visión de Estado, y eso es mentira. El PNV siempre ha elegido la compañía de quienes están apoyando un proyecto de ruptura.
¿Cuáles son las consecuencias?
Que en el País Vasco no hay una sociedad libre para los que no comulgan con el nacionalismo, los que entendemos otras formas de defender la vasquidad somos unos apestados. En Esteban de Garibay vivimos hace tres semanas una situación que lo refleja. Invitamos a una de nuestras mesas a un guardia civil -Manuel Sánchez Corbí- al que le tiene muchas ganas el mundo de apoyo a ETA, que convocó a la misma hora una concentración en las inmediaciones de la Sociedad Bilbaína. Entonces recibí una llamada del presidente de la sociedad para pedirme por favor que no realizáramos el acto porque tenían miedo a los incidentes. Todavía hay un miedo larvado dentro del País Vasco que hace que entidades nada sospechosas de connivencia con la violencia como esta sociedad señera se acobarden cuando sufren el acoso de una cuadrilla de matones.
El propio Otegui le reprochó públicamente que invitara al coronel Manuel Sánchez Corbí, que fue condenado por torturas a un etarra.
Yo entiendo que a una persona que ha sido terrorista y ha estado condenada por secuestro no le haga ilusión que un guardia civil que estuvo al frente del dispositivo que liberó a Ortega Lara pueda dar su opinión. En su momento hubo una condena contra el coronel que luego fue rebajada por el Tribunal Supremo y hubo un indulto del Gobierno de España. A Corbí le debemos mucho todos los españoles por el trabajo que ha hecho para poner a los compañeros de Otegui a disposición judicial.
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