Un senador del PSOE mintió en su currículum como concejal de Bilbao durante 15 años

Alfonso Gil, marido de la vicelendakari, Idoia Mendia, figuró como licenciado en Derecho sin acabar la carrera

Dice que él mismo ordenó corregirlo en 2007, pero siguió apareciendo como tal en perfiles oficiales hasta hace poco

Gil y Mendia, el año pasado, cuando el primero todavía era portavoz del PSOE en Bilbao G. Navarro

Jorge Navas

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El nuevo senador socialista Alfonso Gil, miembro del Comité Federal del PSOE y marido de la actual vicelendakari, Idoia Mendia, ha ocupado cargos públicos durante tres lustros sin tener la formación académica que aparecía en sus currículos y reseñas biográficas en distintas instituciones y hasta en su propio partido.

Alfonso Gil ha sido segundo teniente de alcalde y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Bilbao, al que llegó como concejal en 2007, hasta que el mes pasado se incorporó al Senado en sustitución de otro compañero. Durante su etapa en el consistorio bilbaíno aparecía como licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto y técnico de la Diputación Foral de Vizcaya. Y así ha figurado desde entonces en la página web y otras publicaciones de ese ayuntamiento hasta esta misma legislatura.

ABC se ha puesto en contacto con él para contrastar esta información. Gil reconoce que, efectivamente, no es licenciado en Derecho . Explica que empezó a estudiar la carrera, pero no la terminó «por distintas circunstancias». Así consta ya en su nuevo perfil del Senado. Pero no es lo que ha aparecido durante 15 años en sus anteriores cargos públicos.

Gil lo achaca a un error ajeno de «alguien» que incluyó esos datos falsos en su perfil municipal y dice que él mismo ordenó corregirlo «enseguida, ya en 2007» . Una explicación que no se sostiene ante las numerosas evidencias que demuestran todo lo contrario. Porque, lejos de corregirse nada, esos datos inciertos se han mantenido y repetido hasta hace muy poco.

Alfonso Gil ha seguido figurando como licenciado en distintas publicaciones del Ayuntamiento de Bilbao hasta esta misma legislatura. Por ejemplo, en 2011, 2015, 2018 y 2021. En todo ese tiempo se han celebrado hasta tres elecciones municipales, tras cada una de las cuales se renueva la corporación y se actualizan los datos de los concejales. Pero en los de Gil ha continuado apareciendo su falsa licenciatura.

Publicaciones del Ayuntamiento de Bilbao entre 2011 y 2018 en las que Alfonso Gil sigue apareciendo con la licenciatura que, según él, ordenó eliminar en 2007 ABC

Y lo mismo ha ocurrido en multitud de entrevistas, intervenciones públicas o actos del Gobierno vasco. Incluso en la web del Partido Socialista de Euskadi (PSE) todavía aparece una noticia del pasado 10 de febrero sobre su reciente nombramiento como senador en la que se le presenta como «licenciado en Derecho».

El ahora senador asegura a ABC que todas esas referencias como licenciado son inducidas por el error que, según él, pidió eliminar en 2007, pero que se han mantenido durante tres lustros en distintas publicaciones y actos oficiales, así como entrevistas, noticias y otros contenidos incluso de su partido.

Un ciudadano clave

Gil y el PSOE solo empezaron a corregir ese currículum en los últimos meses. Y lo hicieron poco a poco y a medias, tras las gestiones de un ciudadano que comenzó a dirigirse a distintas instituciones ante sus sospechas de que ese concejal no era licenciado.

Este ciudadano reunió varias de las evidencias mencionadas, como referencias de la web municipal en las que Gil consta como titulado en Derecho por la Universidad de Deustotodavía en 2018, más de una década después de que, según él, ordenara corregirlo.

Sin ir más lejos, ese mismo año el entonces secretario de Organización y diputado regional de Podemos en Galicia, Juan Merlo, dimitió después de que ABC desvelara que en su perfil oficial figuraba como ingeniero industrial, cuando no había terminado esos estudios. Lo mismo que Gil.

A principios de 2020, el mencionado ciudadano intentó contrastar sus sospechas sobre él con la Universidad de Deusto, que le respondió que no podía revelar esa información. Eso sí, la mención a Deusto desapareció del perfil municipal de Alfonso Gil, pero se mantuvo intacta la referencia a su inexistente licenciatur a en Derecho . Otra prueba de que no fue un simple error de 2007 y de que, una vez más, nadie en el PSOE –ni siquiera el propio interesado– se molestó en rectificarlo por completo.

Código de conducta

Este particular insistió y recurrió el pasado mes de abril al propio Ayuntamiento de Bilbao para consultar cómo podía contrastar la información de sus concejales que aparece en la web municipal. El consistorio le despachó con que esos datos son voluntarios y no afectan a la condición legal de los ediles.

Una respuesta sorprendente habida cuenta de que este ayuntamiento tiene vigente desde 2015 un Código de Conducta que no puede ser más claro en estos casos y según el cual un «cargo público representativo local no podrá falsear o mentir en torno a los datos propios de su currículum profesional, de sus titulaciones académicas y de su experiencia, por respeto a la institución y a la propia ciudadanía».

Huelga explicar que son los propios concejales y sus grupos municipales los que deben velar por que la información sobre ellos mismos sea correcta, cierta y actualizada. Justo lo contrario de lo que ha ocurrido con Alfonso Gil, aunque de nuevo tras esa segunda consulta se produjeron cambios en su perfil municipal, del que por fin en 2021 desapareció toda mención a su supuesta licenciatura.

Así, este particular se dirigió el pasado mes de octubre a tres órganos distintos del Ayuntamiento de Bilbao para preguntar por esos cambios en el currículum del número tres del consistorio. Como solo obtuvo la callada por respuesta, en diciembre lo intentó con la Comisión Vasca de Acceso a la Información Pública, dependiente del Gobierno cuya número dos es la mujer del propio Alfonso Gil. Tampoco consiguió ninguna respuesta concreta, pero este organismo sí le reconoció que «es de lamentar la falta de colaboración» del Ayuntamiento de Bilbao y que este debería tener «un organigrama actualizado que identifique a los responsables de los diferentes órganos y su perfil y trayectoria profesional».

Ninguna institución vasca comprobó una información falsa sobre un destacado cargo público de esta comunidad. Solo ha sido posible gracias a la perseverancia de un ciudadano y al reconocimiento del propio implicado después de 15 años.

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