El secesionismo augura más inestabilidad
Elsa Artadi advierte a Sánchez: «No se volverá a pagar por adelantado»
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El independentismo ha precipitado el final de la legislatura, y seguirá bloqueando la siguiente si no se afronta el «problema de Cataluña». Los partidos secesionistas, los mismos que posibilitaron la moción de censura contra Mariano Rajoy, los mismos que han dejado caer a Pedro Sánchez al no apoyarle las cuentas, anticiparon ayer el tono con el que van a afrontar las elecciones de abril: sin concesiones. Si la coincidencia de la celebración del juicio del 1-0 hizo imposible que PDECat y ERC permitiesen la aprobación de los Presupuestos , las próximas generales, con el proceso en Supremo celebrándose de manera simultánea al proceso electoral, anticipan más tensión, en campaña y después de ella.
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«España es ingobernable si no se afronta el problema político con Cataluña», señaló ayer a modo de advertencia la consejera de Presidencia de la Generalitat, Elsa Artadi , quien sin asumir la parte de responsabilidad que ha tenido el secesionismo en el fin de la legislatura acusó a Sánchez de haber apostado por la «estética» en lugar de afrontar con «coraje» la cuestión catalana, subrayando que es «más importante que nunca» que el independentismo gane «fuerza» en las generales. «No puede haber estabilidad en España mientas se siga gobernando de espaldas a Cataluña», insistió la consejera y portavoz, cuestionando al presidente y líder del PSOE por «ceder» a las presiones de PP, Ciudadanos y Vox. En cualquier caso, apuntó Artadi, lo que no hará el soberanismo es dar carta blanca a una nueva investidura de Sánchez sin pactar antes el precio, como ahora dicen reprocharse: «No se volverá a pagar por avanzado».
«Bloque del 155»
En este escenario, la tesis en el independentismo, asumiendo también que una victoria clara de lo que denominan como el «bloque del 155» puede dejarles sin aire, es que solo una victoria de un PSOE en posición de debilidad puede permitirles volver a instalar la agenda soberanista en Madrid. Así, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, llamó ayer a lograr una victoria independentista el 28 de abril para insistir con su programa. «El republicanismo tiene una obligación: ganar las elecciones y, una vez ganadas, volver a decirle al mundo y a la sociedad española que solo hay una salida, el diálogo, la negociación y contemplar en esta negociación un referéndum de autodeterminación», apuntó desde Barcelona.
ERC, para sorpresa del PDECat, reconocen a ABC fuentes de este partido, ha virado en las últimas semanas hacia posiciones de máximos, lo que se tradujo en el veto a los PGE y en la «defensa política» de Oriol Junqueras ante el TS. Probablemente, un punto de partida más cómodo para afrontar las dos elecciones de primavera que el relativo pragmatismo que el independentismo más irredento -sector Waterloo- calificaba directamente de colaboracionista.
Guerra interna
La guerra por la hegemonia en el seno del secesionismo se libra sin cuartel, y la confección de las listas va a ser la siguiente batalla. Con ERC concurriendo en solitario, la batalla más cruenta se da entre los herederos de Convergència. El PDECat se resiste ante los embates de la Crida -el movimiento-partido impulsado por Carles Puigdemont y el procesado Jordi Sánchez-, que sigue viendo al grupo de parlamentarios en el Congreso del partido como un ente que no controla, proclive al entendimiento con el PSOE. Uno de sus cabezas visibles, y de los que más empujó a favor de que el PDECat aprobase a Sánchez las cuentas, es el portavoz Carles Campuzano , que ayer lamentaba el adelanto electoral. Si en el seno del PDECat se asume que la ruptura con la Crida va a ser inevitable a corto o medio plazo -el plazo límite se pone en unas próximas autonómicas-, el nuevo mapa electoral complica aún más el escenario.
La convocatoria electoral se produce de forma simultánea al inicio del juicio del 1-0, lo que el secesionismo pretende aprovechar para seguir conlas movilizaciones en la calle. Hoy mismo, partidos y entidades han convocado una manifestación en la Gran Vía de Barcelona, que se prevé importante a tenor de los autbouses que ya se han movilizado. Los organizadores confían en llenar un tramo de dos kilómetros entre la plaza de España y la de la Universidad.
Será el prólogo de la próxima cita en la agenda secesionista, la huelga general convocada por el sindicato independentista la Intersindical para el jueves 21.