Sánchez y Albares se resisten a hablar de Argelia en el Congreso
La oposición de centro-derecha pide que den explicaciones sobre el conflicto
Sanchez vulneró su plan exterior 2021-24 al chocar con Argelia
El Gobierno se resiste a comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar la crisis inédita con Argelia , como pide la oposición. No solo eso, sino que el Ejecutivo cree realmente extemporáneas esas solicitudes. O incluso «chocantes», como ha llegado a decir la portavoz, Isabel Rodríguez , al ser preguntada por las comparecencias de Pedro Sánchez y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares , que solicita el Partido Popular (PP), así como Vox y Ciudadanos (Cs). «No se entiende que el principal partido de la oposición, cuando se trata de estar con España o con un tercero decida posicionarse del lado de un tercero, que es lo que hemos visto en estos últimos días en esa actitud [del PP]. Pero por supuesto, el Gobierno siempre comparece ante el Congreso de los Diputados» sentenció Rodríguez el pasado martes, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El Gobierno evita respaldar las palabras de Nadia Calviño, quien vinculó lo ocurrido a la cercanía argelina a Rusia
Lo cierto es que en la otra cuestión de calado sobre política exterior, y directamente vinculada con el conflicto con Argelia, que es el giro a las relaciones con Marruecos tras aceptar su postura sobre el Sahara Occidental , Sánchez acudió dos veces a la Cámara Baja, la última la semana pasada, pero a rastras. El desencuentro en esa cuestión con sus socios parlamentarios, singularmente ERC y Bildu, hizo que tanto estos grupos como los del centro-derecha forzasen su comparecencia , si bien en el caso del pleno de la semana pasada el motivo de la misma era tanto el volantazo dado sobre Rabat como los resultados del último Consejo Europeo, un motivo por el que el jefe del Ejecutivo acude al hemiciclo de manera ordinaria. Unidas Podemos, aunque obligado a la unidad parlamentaria por su pacto de gobierno, presionó en el mismo sentido . Albares, por su parte, sí que había comparecido previamente ante la Comisión de Exteriores, y durante mucho tiempo Moncloa pretendió que con esas explicaciones ya se podía saciar el ansia de explicaciones de los grupos políticos que las pedían, todos menos el PSOE. En otras materias de alcance, como el caso Pegasus, las explicaciones en la sede parlamentaria de Sánchez también se han producido cuando tanto los grupos de la oposición como los socios minoritarios del Ejecutivo no le dejaron al presidente más remedio .
Por otra parte, fuentes del Gobierno insisten en pedir «máxima prudencia» para abordar la cuestión y aseguran que están intentando «retomar esas relaciones» , por la vía de «verificar» con la oficina comercial española en Argelia que «efectivamente se produce una normalidad en las transacciones comerciales ». Todo ello después de que las autoridades argelinas echasen marcha atrás hace unos días tras la intervención de la Unión Europea (UE), aunque muchos empresarios españoles que comercian con aquel país aseguran que, de facto, las relaciones siguen paralizadas .
Calviño y la «geopolítica»
En lo que el Gobierno intenta mantener un perfil más bajo es sobre las recientes y reiteradas manifestaciones de la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño , quien no ha dudado en relacionar el conflicto entre España y Argelia con las buenas relaciones que ese país mantiene con Rusia , precisamente en el contexto de la guerra de Ucrania. La propia Isabel Rodríguez, en la citada comparecencia, evitó expresamente comentarlas. Fuentes del Gobierno consideran que hizo lo prudente, para no echar más leña al fuego . Aunque al mismo tiempo aseguran que lo dicho por Calviño responde a su «conocimiento de muchas cuestiones geopolíticas». El gabinete da, así, una de cal y otra de arena ante los argelinos, dentro de un conflicto cuya posibilidad se negó hasta el mismo momento de explotar la semana pasada, cuando Argel suspendió primero el tratado de amistad con nuestro país y luego las relaciones comerciales. Apenas horas antes de que eso ocurriera, y precisamente durante su comparecencia en el Parlamento del pasado día 8 para explicar las «nuevas relaciones con Marruecos» , como las describe el lenguaje monclovita, el propio Sánchez negó que el volantazo sobre el Sahara fuese a provocar una reacción argelina. Algo muy sensible al tratarse del primer suministrador de gas para España , mucho más cuando continúa la invasión rusa en territorio ucraniano.
El ministro de Agricultura, Luis Planas, admite que la situación en el norte de África dificulta las relaciones
Pese al escenario creado, varias voces en el Ejecutivo insisten en que es posible armonizar las relaciones bilaterales con el régimen de Mohamed VI y, al mismo tiempo, con las autoridades de Argel. Así lo manifestó ayer el ministro de Agricultura y antiguo embajador de España en Rabat, Luis Planas . A su juicio, llevarse bien con el vecino del sur «no tiene en absoluto que significar una mala relación con Argelia». «Al contrario, es perfectamente posible, siempre se ha hecho y este Gobierno pretende mantener con cada uno de nuestros socios, vecinos y amigos una relación singular». Planas, no obstante, admitió que las relaciones con Argelia están condicionadas por «la complejidad de la propia situación en el norte de África, que hace que esa tarea muchas veces sea complicada».
Otra excusa que podrá alegar el Gobierno para eludir esas comparecencias es que ya quedan pocos plenos para terminar el curso parlamentario y que el calendario es muy ajustado. Pero en verano la Diputación Permanente siempre tiene la capacidad de convocar un pleno extraordinario.
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