Sánchez toma el mando para proteger la posición de Calviño
Díaz conserva Trabajo y será vicepresidenta tercera con Calvo y Calviño por delante
El presidente del Gobierno refrendó ayer su autoridad ante su vicepresidente segundo al asumir el mando de los relevos en el Consejo de Ministros y enmendar parcialmente el planteamiento de Pablo Iglesias: Nadia Calviño será la vicepresidenta segunda y Yolanda Díaz asciende pero lo hará como vicepresidenta tercera.
Pedro Sánchez aspiraba a una jornada tranquila este lunes. Cumbre hispano-francesa en Montauban junto a Enmanuel Macron. Todo cambió con una llamada. Que Sánchez no se encontrase en España en esos momentos y que estuviera encorsetado en una agenda de imposible modificación provocó en gran medida que desde la presidencia del Gobierno no pudiesen controlar la noticia de la salida de Pablo Iglesias de la coalición. La convulsión provocada por el movimiento de Iglesias ocupó todo el espacio, por sus múltiples derivadas. Pero ya ese día empezaron a intuirse problemas. Sánchez evitó una confirmación tajante de la nueva estructura. Y se esforzó en trasladar la idea de continuidad y de que no habría problemas, con apoyo incluido a la figura de Yolanda Díaz.
Su ascenso significaba un desequilibrio grande en el área económica del Ejecutivo, como relataba ayer este diario. Al margen de la sorpresa, el alivio o la incredulidad con la que el movimiento de Iglesias fue recibido este lunes por los ministros socialistas, fue ayer martes cuando la maquinaria gubernamental empezó a carburar para poner orden en el relevo presidencial. La prevalencia de Díaz sobre Calviño en el organigrama era el principal escollo para dar la cuestión por zanjada. Porque fuentes gubernamentales sí aseguran con rotundidad que, pese a sus sonados enfrentamientos con otros miembros del Ejecutivo, Ione Belarra será ministra de Derechos Sociales.
Fuentes gubernamentales aseguraban ayer que la decisión de los socialistas es que Nadia Calviño ascienda en el escalafón por delante de Yolanda Díaz. Para dar sentido a su condición de presidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. Esa sería la solución pactada para que Díaz pueda retener Trabajo y a la vez ser vicepresidenta. Varias fuentes del Ejecutivo apuntan en esa dirección. En la parte socialista del Gobierno no gustó que Iglesias fuese el que diese por hechos los relevos: «Decide el presidente, no Pablo Iglesias». En la parte socialista no dan por cerrada la cuestión porque tiene que ser el presidente quien lo manifieste.
Pero ya apuntan con claridad a que Yolanda Díaz no podía estar por encima de Calviño de ninguna manera.
Díaz y la sucesión
Esos son los «detalles» a los que se refería La Moncloa cuando informó ayer de una reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias esta misma mañana. Fuentes gubernamentales señalan a esta cuestión como el único impedimento. «Ambos consideran que hay acuerdo en los cambios que deben acometerse» , pero aseguraban que queda pendiente «rematar algunos detalles en base al acuerdo de Coalición». Y es que el acuerdo suscrito otorgaba una vicepresidencia segunda a Unidas Podemos, como el lunes reconoció Sánchez. En la formación morada destacan que habrá acuerdo. Y resaltan que la interlocución que ahora tenían Sánchez e Iglesias para liderar la coalición ahora la tendrán Sánchez y Díaz. Y que eso sucederá en cualquier caso, independientemente del rango vicepresidencial que tenga Díaz.
Se abrirá, eso sí, un periodo de transición en el que Díaz cohabitará con Iglesias como líder del espacio político entre tanto se materialice el plan de líder de Podemos de ir dejando espacios a su relevo en el camino a la candidatura a las próximas elecciones generales. En cierta forma restan trascendencia a que la ministra de Trabajo sea finalmente vicepresidenta tercera y no vicepresidenta segunda. Lo que no contemplan en ningún caso es perder la cartera de Trabajo.
Si lo hiciesen Díaz sí podría ser vicepresidenta segunda, como lo era Iglesias. Pero fuentes de ese espacio no lo ven como una opción.En los protocolos de la coalición ya está recogido cómo debe afrontarse una reestructuración en el Gobierno. «Se mantendrá el número de áreas gestionadas por el PSOE y por Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del Gobierno en los términos acordados al inicio de la coalición», dice ese texto. Sí Sánchez quisiera reducir ministerios a costa de Podemos tendría que, en proporción, eliminar más por el lado del PSOE. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, defendió ayer en el Consejo de Ministros que existe un acuerdo entre las dos formaciones y que «los cambios que se produzcan no harán que variemos el rumbo». En el PSOE existe incertidumbre sobre qué papel va a jugar Iglesias desde fuera del Gobierno.
Pocos lo imaginan en la política autonómica. Ni en un eventual Gobierno ni mucho menos en la oposición. «En absoluto me lo imagino», dice un ministro. «El papel que quiera jugar dependerá de si tras las elecciones la conclusión es que su movimiento ha sido o no positivo» , dice otro. La salida de Iglesias reduce el peso político de UP en la coalición. Muchos ven en Díaz un perfil «más conciliador», pero en ningún caso esperan que las disensiones vayan a terminar. Al contrario, el refuerzo de Díaz, pese a la maniobra para reforzar a Calviño, mejora su posición negociadora en el área económica.
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