Sánchez refuerza a Nadia Calviño y a María Jesús Montero frente a Unidas Podemos
La decisión es clave en un momento en el que van a empezar a llegar los fondos europeos y se van a redactar los Presupuestos de 2022
Estos son los ministros que salen del Gobierno
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , no solo no ha tocado a su equipo económico en la reestructuración del Ejecutivo , sino que le ha reforzado ante el pulso permanente de Unidas Podemos en el seno de la coalición y con el horizonte puesto en la llegada de los fondos europeos y en la confección de los Presupuestos de 2022.
También hay que subrayar la confirmación que ha recibido el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá , a pesar de sus recientes deslices, lo que también le coloca en buena posición ante la reforma de las pensiones que se avecina.
Ese apoyo es más evidente en la persona de Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y, desde hoy, vicepresidenta primera del Gobierno. Cuando se fue Pablo Iglesias y dejó vacante la vicepresidencia segunda, Sánchez ya lanzó un primer mensaje a su socio de coalición al colocar en ese puesto a Calviño, entonces vicepresidenta tercera, cuando la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pensaba que iba a ocupar el puesto de su líder. La salida de Iglesias y el ascenso de Calviño ya marcó un antes y un después en el Gobierno PSOE-Unidas Podemos.
La decisión de Sánchez responde al objetivo prioritario del Gobierno, que no es otro que la recuperación económica. Calviño sabe manejarse muy bien en Bruselas y, además, en el seno del Ejecutivo hace de contrapeso a las iniciativas de Unidas Podemos.
El último enfrentamiento fue recientemente a cuenta de la pretendida subida del salario mínimo (SMI) por parte de Yolanda Díaz quien, sabedora de la oposición de Calviño, habló directamente con Sánchez. No le salió bien la jugada, ya que el presidente del Ejecutivo insistió en que lo fundamental ahora es la creación de empleo, aunque públicamente niegue que el aumento del SMI destruya puestos de trabajo, tal y como han subrayado varios organismos, entre ellos, el Banco de España.
El mismo razonamiento, el de fomentar el empleo, es el que esgrime una y otra vez Calviño ante Yolanda Díaz y sus aliados, los sindicatos, cuando le plantean la derogación de la reforma laboral. La ahora vicepresidenta primera, de quien sus más próximos afirman que está bastante cansada de las discusiones con sus socios de coalición, insiste en que llevar a cabo ahora ese medida sería poner palos en la rueda de la recuperación económica. Y con el agravante de que Bruselas no vería bien los cambios tan drásticos que plantea Díaz.
En otro tema, el de la enésima prórroga de los ERTE (Expedientes de Regulación de Empleo), sí que ganaron las tesis de la ministra de Trabajo y de los sindicatos frente a los ministros socialistas, ya que estos querían introducir determinadas modificaciones en el acuerdo para fomentar la reincorporación de los empleados a sus puestos de trabajo, pero se impuso la propuesta de favorecer más a las personas que aún están en esa situación.
Con el nombramiento como vicepresidenta primera, Calviño se consolida como máxima responsable de la recepción de los 140.000 millones de euros que recibirá España en los próximos años de los fondos europeos. Este mismo año llegarán 19.000 millones, aunque estaban presupuestados unos 27.000 .
De hecho, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) darán mañana luz verde al plan de reformas e inversiones presentado por el Gobierno para acceder al fondo de la UE, lo que en la práctica supone desbloquear el pago de los primeros 9.000 millones de euros, que deberían llegar este mismo mes. En este asunto, vital para nuestro país, Calviño contará con la colaboración de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero , a la que han quitado la ‘mochila’ de la portavocía del Gobierno.
Hoja de ruta
Ambas deben diseñar los nuevos Presupuestos para 2022, cuya maquinaria ya se ha puesto en marcha hace pocos días. El Gobierno fía el equilibrio de las cuentas públicas al ciclo económico -crecimiento del PIB en un 6,5% este año y un 7% en 2022-, a las ayudas europeas y a la recaudación de impuestos, aunque Sánchez ha descartado que estos Presupuestos incluyan una reforma fiscal.
Además de cumplir con los objetivos de reducir la deuda pública (hasta el 115,1%) y el déficit público (al 5%) en 2022, Montero tiene el difícil papel de sumar los apoyos de los socios parlamentarios, para lo cual tendrá que asumir concesiones para enfado de la oposición.
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