Curri Valenzuela - Chispas
A Sánchez le queda una semana
Susana Díaz ha pasado dos días de esta semana en Madrid, sin parar de celebrar reuniones con otros barones socialistas, veteranos de la vieja guardia de su partido y empresarios del IBEX. Encuentros discretos que ha llevado a cabo sin publicidad alguna, ni siquiera estuvo anunciado en su agenda oficial ese viaje a la capital, en el que, por supuesto, no concertó cita alguna con su secretario general. Por lo que ha comentado de regreso en Sevilla, todos sus interlocutores la animaron a qué tan pronto se celebren las elecciones vascas y gallegas del próximo domingo se ponga al frente de la batalla cuyas primeras escaramuzas hemos presenciado esta semana para desalojar a Pedro Sánchez de su despacho de Ferraz.
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La presidenta andaluza «está ya calentando motores; parecen haberla convencido de que solo ella puede ser capaz de tener éxito en esa empresa», dice una persona que la conoce bien. De momento ya ha roto su silencio que duraba semanas en los últimos días para recordar a Sánchez de que «con 85 diputados no se puede gobernar» y para apoyar a su compañero Guillermo Fernández Vara frente a los ataques de Ferraz. Hasta la defensa de José Antonio Griñán y Manuel Chaves que llevó a cabo a raíz de que se conociera la petición de la Fiscalía en su próximo juicio se interpreta como un paso más en su carrera hacia la secretaría general. Al proclamar «la honradez» de sus antecesores está asegurándose el apoyo de la vieja guardia socialista , con Felipe González a la cabeza, antes de sacarse el billete de AVE de Sevilla a Madrid.
Sánchez no se va a rendir sin presentar batalla. Esta semana va a plantar cara a sus barones con ese acercamiento a Podemos de el que el Comité Federal le dicho que se olvide, dispuesto a que las bases del PSOE le sigan apoyando aún después de que los votantes se muestren cada vez más hartos de su protagonismo en el bloqueo político que padecemos. Hay cerca de 200.000 militantes socialistas y casi cuatro millones y medio de votantes, y bajando, en este país. Al secretario general solo le importan los primeros, mucho más partidarios de impedir que gobierne el PP que de pensar en el futuro España o el del PSOE.
El resultado del pulso Susana-Pedro lo conoceremos el domingo próximo. Y a menos que fallen todas las encuestas, todas las que pronostican unos pésimos resultados de socialistas gallegos y vascos, la presidenta andaluza habrá ganado la primera gran batalla. Solo un milagro puede salvar a Sánchez de que esta sea su última semana como secretario general.
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