Pedro Sánchez no descarta rebajar las penas de la sedición en el Código Penal

Sánchez hace guiños al independentismo pero equipara a Torra con el resto de presidentes autonómicos. Mantiene su «voluntad de diálogo», a la vez que se retrasa la mesa pactada con ERC y descarta que la consulta trate un referéndum

Víctor Ruiz de Almirón

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , abrió anoche la puerta a revisar el delito de sedición en el Código Penal , amparándose en que los sucesos vividos en los últimos años demuestran que nuestra norma penal en estos tipos delictivos están desactualizados. En el pasado el PSOE, una semanas antes de ser Sánchez presidente, propuso actualizar el delito de rebelión.

Sánchez no descartó ayer, en una entrevista en TVE, cambios en el Código Penal, preguntado específicamente por rebajar las penas del delito de sedición , por el que están condenados los líderes independentistas. Eso sí, pidió ir «paso a paso» y trasladó parte de la responsabilidad al debate que se suscite en el Congreso. Según Sánchez, ha quedado demostrado que el Código Penal español no se corresponde «con la época que ha tocado vivir a España y que no tiene delitos homologables» a lo que ocurre en otros países europeos.

En este mismo ámbito, también se observaron más cambios. En la campaña electoral, en pleno debate con el resto de candidatos, Sánchez se comprometió a cambiar el Código Penal para volver a incluir el delito de referéndum ilegal. Ayer, en la entrevista Sánchez limitó esta propuesta a un «me gustaría que no hubiera». Y aquí se refirió a Escocia, donde los independentistas escoceses defiende el referéndum, pero que siempre ha reiterado que nunca lo harían vulnerando la legalidad.

En el pasado Sánchez había defendido que en Cataluña había tenido lugar una rebelión. Pero a la vez el PSOE proponía una reforma de este delito por entender que estaba redactado desde una perspectiva de otra época, pensado en elementos violentos propios de asonadas militares y no en una subversión del orden constitucional por parte de una institución pública regional contra el Estado.

Pero el planteamiento que ahora se abre paso, y que Sánchez no descartó ayer, sería el de relajar las penas del delito de sedición. Algo que sería clave para favorecer la salida de los presos de manera más temprana a lo previsto a raíz de la sentencia, ya que el principio de favorabilidad penal determina que hay que aplicar la norma más favorable para los condenados .

Retraso en la mesa de diálogo

Estos asuntos estarán sin duda en el epicentro del diálogo. Unos contactos que tardarán más tiempo de lo previsto en comenzar. La negociación bilateral entre el Gobierno y la Generalitat tendrá que esperar unos días. Se incumplen de esta forma los plazos marcados por PSOE y ERC en el acuerdo para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno va a proponer al presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra , reunirse la primera semana de febrero , según anunció anoche Pedro Sánchez en una entrevista en TVE.

El Gobierno planteará además que ese encuentro se celebre en Barcelona. Una decisión muy del gusto de los independentistas. Que, sin embargo, reciben de inmediato la contrapartida de que esa reunión no será tan excepcional como ellos demandan para su relato. Un desplazamiento a la Ciudad Condal que Sánchez justificó en que durante la próxima ronda de presidentes autonómicos él se desplazará a todas las sedes de los Gobiernos regionales .

La negociación entre ambos Gobiernos empieza a explorar puntos que empiezan a distorsionar lo acordado. Lo más evidente es la cuestión temporal. Y es que al celebrarse esta reunión con Torra ya en febrero, probablemente el día 6 o 7, no se respetará el plazo de 15 días tras la formación de Gobierno para celebrar esa primera cita bilateral. Esa reunión debería celebrarse la semana que viene.

Ese plazo figuraba en el acuerdo entre PSOE y ERC, pero Torra ha demandado que exista una reunión previa entre él y Sánchez. A eso se agarra el presidente para justificar esa dilación en los tiempos, sin aclarar no obstante porque el encuentro con Torra no se celebra ya esta semana. Sánchez insistió en su «absoluta voluntad de diálogo» , pero se amparó en que Torra «ha exigido esa reunión» previa como motivo del retraso. Una reunión a la que reiteró que acudirá «encantado».

Consulta, pero no referéndum

Sánchez dio ayer algunas señales de querer rebajar cuestiones claves de su pacto con ERC. Se refirió a ese foro como «comisión bilateral» y la definió como «perfectamente constitucional». Cuando uno de los empeños de ERC es que se tratase de un nuevo foro; así se recogió en el acuerdo, y no la comisión bilateral contemplado en el Estatuto de Autonomía. Además, aunque el pacto incluye la libertad de las partes para proponer cualquier tema, Sánchez ya anticipó ayer que la autodeterminación no podrá pactarse. El presidente defendió que la consulta que podría celebrarse será «sobre un acuerdo» , y «no sobre una división».

Defendió que se trataría de una votación «para unir a los catalanes. no para dividirlos, separarlos y fracturarlos». Sánchez sí da pasos no obstante en su discurso favorable a entablar una negociación porque «ha habido un fracaso de la política» y hay que buscar «una respuesta política que no puede dar el Supremo».

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