Sánchez se mimetiza con sus antecesores y reivindica una socialdemocracia clásica
La nueva Ejecutiva Federal recibe un apoyo del 95% de los delegados del Congreso Federal
Pedro Sánchez ha clausurado este domingo el 40 Congreso del PSOE con el esperado cierre de filas en torno a su liderazgo y con la visibilización de un funcionamiento más clásico al recuperar los vínculos con los dirigentes territoriales. Y abrazado a la conexión con los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero a quienes ha mencionado en numerosísimas ocasiones durante su discurso.
Este era el tercero Congreso como secretario general para Pedro Sánchez. Pero ha sido muy distinto a los anteriores. En 2014 fue tutelado por los barones, en 2017 actuó unilateralmente y con ánimo de revancha . Pero este fin de semana Sánchez ha consolidado un repliegue orgánico. Ha puesto de manifiesto su decisión de reconectar con el partido para prepararlo de cara al ciclo electoral de 2023.
La estrategia ha dado sus frutos en términos de respaldo orgánico. En 2014 su dirección recibió un 86,19% de apoyos y un 70,50% en 2017. Hoy ha pulverizado esos registros. De los 1.077 delegados con derecho a voto, se emitieron 1.027 votos. La ejecutiva federal encabezada por Sánchez recibió 975 votos a favor, el 94,94%, 52 blancos (5,06%) y ningún nulo.
En un largo discurso en la FIRA de Valencia ante 9.500 personas, Sánchez se ha reivindicado como heredero del legado de la socialdemocracia , ha elogiado repetidamente a sus antecesores y ha explotado la marca PSOE. Un Congreso cien por cien PSOE, abandonando por completo el espíritu anti orgánico que caracterizó su candidatura a las primarias de 2017.
«La socialdemocracia que dieron por acabada algunos goza de una salud de hierro», ha dicho Sánchez. Presumiendo de un partido «más fuerte porque está unido», algo que no había podido hacer hasta ahora, el presidente del Gobierno ha reivindicado al PSOE como «un partido imprescindible para la suerte de España».
Tanto en lo orgánico como en algunos aspectos de sus apuntes programáticos Sánchez ha evidenciado no tanto un giro al centro cuanto sí la puesta en primer término de una izquierda clásica. Y todo ello impulsado por la recuperación que están notando varias formaciones socialdemócratas en toda Europa: «La socialdemocracia está fuerte y se reivindica con su vigencia y vigor en todo el continente europeo. (…) Si hay un partido que ama a España ese es el PSOE».
Sánchez ha hablado de aprovechar los fondos europeos para fomentar una nueva reindustrialización. Y se ha comprometido a poner «punto final a la ley mordaza y a la reforma laboral». Así como a avanzar en el compromiso que ha emanado de este Congreso socialista: abolir la prostitución en lo que queda de legislatura.
El secretario general se reviste de un perfil más orgánico y moderado en las formas e impulsa una mayor conexión con sus barones para entrar en la batalla electoral con un PP al que todos los sondeos privados sitúan por delante del PP. Sánchez ha cargado contra un PP al que radiografía muy influenciado por VOX y con «un estilo de oposición no al gobierno, sino también una oposición al sistema». Toda su estrategia pasa por reorientarse hacia un perfil más orgánico e institucional a la vez que intenta arrinconar a la derecha fuera de posiciones centradas: La estrategia que impulsa la ultraderecha y a arrastra a menudo por degracia a la a la derecha responde a un cuestionamiento profundo del pacto democrático».
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