Sánchez se jacta de los pitos: «No iba a ser menos que González y Zapatero»
El presidente del Gobierno fue abucheado hasta en tres ocasiones diferentes durante el desfile del 12 de octubre
Pese a la gran tribuna que se dispuso delante del palco de autoridades durante el desfile militar (era imposible ver la llegada de Pedro Sánchez, más allá de intuirla, si formabas parte del público llano). Y pese a que el relator del acto en ningún momento anunció la llegada o salida del presidente del Gobierno, la pitada popular fue sonora y se hizo notar.
Fueron tres momentos álgidos: cuando Sánchez saludó a sus ministros, cuando se subió a la tribuna y, sobre todo, a la salida de su vehículo oficial. Cada uno de ellos de unos 20 segundos de duración , siendo la salida del presidente algo más acalorada.
«¡Elecciones, elecciones!» , «¡Okupaaaaa!» o «¡dimisión!» fueron también algunas de las consignas que se profirieron hacia Sánchez, el séptimo presidente de la democracia y el primero en llegar a La Moncloa gracias a una moción de censura que contó con los apoyos de Podemos, Compromís, PNV, ERC, PDECat o Bildu. Una moción que, según expresó, daría paso a unas elecciones generales. De eso hace ya 133 días.
Sin estar caldeado el ambiente como en los tiempos de Zapatero, sí había ganas de hacerse notar cuando se consideraba que no se afeaban momentos importantes de un acto muy guionizado. Se evitó pitar o abuchear al presidente durante el izado de la Bandera, los acordes del himno o al paso de las unidades militares.
El presidente resta importancia
Ya en el Palacio Real, en los corrillos con periodistas, Sánchez incluso se jactó de haber recibido esos pitidos . Como si le fuera en el oficio de presidente de un Gobierno socialista: «No voy a ser menos que González y Zapatero», comentó en alusión a los dos expresidentes de puño y rosa. Sánchez incluso bromeó con el asunto restándole valor.
Hay que recordar que Zapatero fue increpado con fruición en los desfiles de 2009 y 2010, hasta el punto de que su Gobierno intentó pactar un protocolo contra los abucheos, aunque sin éxito. El acto incluso se llevó a la plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno), mucho más encajonada y blindada. Ayer el escenario fue el mismo de la pasada edición: la plaza de Lima, justo enfrente del estadio Santiago Bernabeu.
Con la noticia a las espaldas –de nuevo el público llano y su griterío– el desfile militar quedó deslucido . Además la llovizna impidió la celebración del desfile aéreo cuyo «orgullo» sólo lo sostuvieron la siempre aclamada Patrulla Águila -con sus siete aviones C-101 que tiñeron de rojo, amarillo y rojo el cielo de Madrid- y la Patrulla Acrobática de Paracaidismo que trajo tras un salto desde un helicóptero la Bandera Nacional, que hoy cumple 175 años.
Presidido por Su Majestad el Rey, con uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, el desfile de ayer tuvo como novedad la disposición de la Princesa de Asturias en la tribuna de autoridades : a la derecha del Rey, ejerciendo su lugar como Heredera de la Corona. Lucía en su vestido la insignia del Toisón de Oro.
En el desfile militar también se estrenó el Gobierno casi al completo. Acudieron todos los ministros excepto los titulares de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Fomento, José Luis Ábalos. También se estrenaron el presidente del PP, Pablo Casado; la fiscal general del Estado, María José Segarra, y la presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega. Al líder del PP se le vio dialogar largo y tendido con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. También a la presidenta andaluza, Susana Díaz, con su colega gallego, Alberto Núñez Feijóo.
Policía y Guardia Civil
Como en 2017, el paso de las unidades por el eje del Paseo de la Castellana contó con la presencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil , quienes junto a La Legión o la Unidad Militar de Emergencias –ideada por Zapatero– recibieron grandes ovaciones, especialmente cariñosas, por parte del público.
La autoridad de preparación y mando del desfile corrió a cargo del general Rafael Colomer, jefe de la Brigada de Infantería Acorazada «Guadarrama XII», con base en El Goloso (Madrid).
Culminó todo con lluvia fina. Despedida... y de nuevo los pitidos y abucheos al presidente del Gobierno. Cunde la sensación de que este tipo de reacciones se sucederán en futuros actos similares. «¡Elecciones, elecciones!».
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