Sánchez intenta acallar a los barones consultando los pactos a la militancia

Si fracasa, Susana Díaz y los críticos del PSOEle estarán esperando en el Congreso Federal de mayo y entonces volverán a cuestionar su liderazgo

Pedro Sánchez, durante la reunión del Comité Federal del PSOE ÓSCAR DEL POZO

GABRIEL SANZ

El pulso de poder entre Pedro Sánchez y los barones críticos dio ayer un vuelco al sorprender el líder socialista con una iniciativa que pretende acallarles en su oposición a que intente ser investido presidente del Gobierno: Como hizo el SPD alemán, los eventuales pactos con Podemos o Ciudadanos, IU y PNV serán sometidos a consulta entre los 190.000 afiliados del PSOE; y el Comité Federal, donde Susana Díaz y los críticos presumen de contar con mayoría de los 250 miembros, ya solo podrá ratificar lo que haya decidido la militancia en urna.

Ese referéndum no es legalmente vinculante para el Comité Federal, pero todo el mundo reconoce que «políticamente» sí lo es. Ningún barón va a pronunciarse contra el derecho a decidir de unas bases más de izquierdas que sus cuadros y, no digamos, que Felipe González y la «vieja guardia». Por eso, Susana Díaz y el resto de rebeldes, muy críticos en privado por la deriva «podemita» de asamblearismo en la que Sánchez va a meter al partido, en público dijeron lo contrario:saludaron el referéndum aunque defendiendo la «democracia representativa» en la tradición del PSOE.

Saben que después de lo sucedido ayer en la sede de Ferraz ya no les queda margen de maniobra para impedir el temido pacto con Podemos ni la abstención de los independentistas que Sánchez se comprometió de nuevo a no buscar para su investidura. Da igual, no necesita el sí de los diputados de ERC (9) y DiL (8), le basta con una abstención en segunda votación que le es relativamente fácil de justificar: para que no siga Mariano Rajoy. Con ello, Sánchez suma una mayoría simple de 167 diputados (PSOE, Podemos, IU y PNV) frente a los 163 de PP y Ciudadanos y será presidente del Gobierno.

En mayo, presidente o ¿nada?

A Susana Díaz, Javier Fernández , Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara o Ximo Puig solo les queda esperar a que el «suicidio» que intuyen va a ser ese gobierno no se consume, que Podemos ERC o DiL voten finalmente no y fuerce la repetición de elecciones. En tal caso, Sánchez quedará muy tocado y todos ellos le estarán «esperando» en el 39 Congreso Federal de mayo , dado el deterioro que ha sufrido la relación política y personal por año y medio de luchas. De hecho, es la presión de esos barones la que le obliga a renunciar a su propuesta inicial de fechas: 17, 18 y 19 de junio. Creen que solo buscaba blindarse como candidato para el caso de que haya repetición de elecciones. Finalmente, y tras un duro tira y afloja desde la noche del viernes hasta entrada la mañana del sábado –la reunión del Comité Federal empezó con hora y media de retraso–, Sánchez acepta que la votación en primarias para secretario general sea el 8 de mayo y el plenario de ratificación con mil compromisarios los días 21 y 22 de mayo.

Urna en momentos decisivos

Cuando él da su brazo a torcer, faltan minutos para que suelte el bombazo de la consulta de los pactos entre los militantes, desvirtuando por completo la victoria instantes antes de los críticos. Se lo ha jugado todo a una carta : o llega al 39 Congreso como presidente del Gobierno o tiene muchas posibilidades de ser desalojado de la Secretaría General del PSOE por Susana Díaz o algún otro rival en las primarias del 8 de mayo.

«Yo fui elegido por los militantes y en los momentos decisivos escucharé a la militancia de base», avisó Sánchez en su discurso en abierto. Una intervención repleta de claves internas en la cual dijo que «todas las negociaciones que se puedan abrir serán en abierto, con luz y taquígrafos, que nadie se preocupe». El líder socialista recordó a Mariano Rajoy que el PSOEno va a «indultar» al PPdándole la investidura, por más que le haga ofertas.

Por su parte, los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Asturias, Javier Fernández, y Aragón, Javier Lambán , le insistieron en que mire a Ciudadanos –«yo tengo un buen acuerdo», dijo Díaz– y en no aceptar el «peaje» de un apoyo de ERC y DiL, pero Sánchez les replicó que no entiende tanta «prevención» cuando siempre ha asegurado que no buscará un acuerdo con estos partidos. El problema es que la confianza mutua se ha roto, como demuestra que Fernández, a la salida, dijo que le toma la palabra al secretario general.

Armengol: «igual confianza»

«El secretario general ha dicho que no lo aceptaría», reveló el mandatario asturiano cuando, al finalizar la reunión, se le ha preguntado si él aceptaría que su secretario general fuera investido con la abstención de los independentistas. El problema es que la Dirección Federal mantiene que no puede prohibir a nadie abstenerse en la investidura de Sánchez y los barones creen que eso es un «suicidio», no una mayoría de gobierno. Están en la línea de la preocupación expresada por Felipe González y la «vieja guardia», aunque discrepen de ellos en la necesidad de apoyar al PP absteniéndose. Y ayer salieron alarmados porque, aunque alguno creía que todo era postureo de Sánchez para ir a una repetición de elecciones con el marchamo de haber intentado un «gobierno de izquierdas», ahora todos piensan que «va en serio» con Podemos.

Los dirigentes afines a Sánchez salieron a pedir «la misma confianza» que él dio a Vara , García-Page o Ximo Puig cuando pactaron con Podemos. Así lo hizo la balear Francina Armengol, o la vasca Idoia Mendía.

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