Sánchez se «envuelve» otra vez en la bandera a mes y medio del 10-N

El presidente cambia totalmente de postura para amenazar con «la ley» a los secesionistas

Pedro Sánchez, en el acto de ayer en el que presentó el lema de campaña del PSOE JAIME GARCÍA

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En junio de 2015, en el acto en el que se presentó como candidato del PSOE a la Presidencia por primera vez, Pedro Sánchez colgó tras de sí una enorme bandera de España. La intención de esta puesta en escena era transparente: regatear a aquellos que le llamaban radical. «La bandera de España es tan del PSOE como del resto», subrayó aquel día el mismo hombre que, años después, en diciembre de 2018, y ya desde La Moncloa, se reunió con el presidente regional de Cataluña, Quim Torra -el mismo que animó a los CDR a «apretar» para conseguir la independencia-, con honores propios de un jefe de Estado en el barcelonés Palacio de Pedralbes.

Hace unas pocas semanas, el propio Sánchez, con su investidura como presidente del Gobierno en el aire, se arrimó a los separatistas en busca de unos apoyos fundamentales para seguir en La Moncloa. Finalmente, la falta de entendimiento con Podemos dinamitó cualquier opción y el Rey convocó elecciones. Ayer, con el modo electoral activado, el líder en funciones del Ejecutivo cambió de estrategia y amenazó a los independentistas con los que en otro momento tendió puentes.

«Cataluña necesita diálogo y ley. O mejor dicho: primero ley y luego diálogo», avisó Sánchez que, mientras se alejaba dialécticamente de los secesionistas, se acercaba -otra vez- a la bandera de España. «Somos la izquierda que ni entrega ni oculta ni se avergüenza jamás de esa palabra que es España», reivindicó Sánchez. Tanto insistió en el asunto que, durante su discurso, pronunció hasta en 46 ocasiones la palabra «España».

Críticas continuas

El lema escogido para esta cita con las urnas, la cuarta en cuatro años, por el PSOE, de hecho, también incluye la palabra mágica. «Ahora Gobierno, ahora España », reza el eslogan con el que Sánchez concluyó una intervención en la que repartió unas cuantas críticas más a los líderes secesionistas.

«Los independentistas llevan mucho tiempo equivocándose », comenzó el presidente en funciones, para rematar con una exigencia: «Les reclamo que no cometan el peor de todos esos errores: no jueguen con fuego, que condenen la violencia en el mismo momento en el que haya indicios».

Este nuevo intento por alejarse de los socios en los que se apoya en otros momentos volverá a poner a prueba la coherencia de Pedro Sánchez dentro de unos meses, cuando los comicios y la campaña electoral sean historia.

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