Sánchez defiende que el indulto no piensa en los presos sino en una sociedad «que quiere vivir en paz»
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El presidente del Gobierno sigue construyendo su relato para justificar y preparar a la sociedad y a su partido para la decisión política que ha tomado de conceder los indultos a los presos independentistas. En la rueda de prensa posterior a la cumbre hispano-polaca que se ha celebrado hoy en Alcalá de Henares, Pedro Sánchez ha recordado que en el debate de investidura de enero de 2019 él ya apuntó a la necesidad de «retomar la vía política» , que apostó por «recomenzar» y «volver a ese punto en el que ambas partes nos dejamos de escuchar».
Sánchez intenta dotar al relato de hechos de un punto de coherencia política, consciente de que es un talón de Aquiles en su decisión , dado que apenas tres meses antes de ese momento que citaba, el presidente defendió el «íntegro cumplimiento» de la sentencia sobre los líderes independentistas condenados por sedición y malversación.
Sánchez insiste en que la resolución de esta crisis no va a ser inmediata y que exigirá de «muchas dotes de negociación y generosidad». El presidente del Gobierno ha insistido en que abordará esta cuestión «en conciencia» hablando en futuro, aunque la decisión ya está tomada. Y con ánimo de hacerla más digerible, el líder socialista pretende despojar de importancia en esa decisión a su hecho fundamental: el perdón a los presos y su excarcelación. El Gobierno plantea la decisión como una medida necesaria para la sociedad, no para los propios beneficiados por ella. Por eso ha dicho hoy que tomará su decisión «no pensando siempre en los afectados, sino en millones de catalanes y del conjunto del país» para «transitar de un mal pasado hacia un futuro mejor» .
El presidente del Gobierno no ha querido comprometerse con una fecha concreta. «Fecha no le puedo dar. Ahora mismo ninguna», ha dicho. Aduciendo la complejidad técnica de la decisión y alegando que no se trata de un único expediente el que tiene que resolver el ministro de Justicia. Al volver a ser preguntado por esta cuestión, el presidente del Gobierno ha insistido en que la concesión del indulto no se toma pensando en los afectados «sino en millones de ciudadanos que quieren vivir en paz ». Otorgando a esa decisión la capacidad de servir para «superar el desgarro emocional y político de 2017».
Modificar el delito de sedición
El presidente del Gobierno, que empieza a ver el grueso de las encuestas en su contra, ha dicho estar dispuesto a asumir la decisión porque «ayudar a resolver problemas no representa un coste», ya que «el coste para el país sería dejar las cosas tal y como están». En el Ejecutivo están absolutamente convencidos de que, pese al desgaste en el corto plazo, su decisión podrá ser entendida a medio plazo . Creen que quita potencia propagandística al independentismo, que desactiva la figura de Carles Puigdemont y que sirve para mejorar la percepción exterior sobre la situación en Cataluña.
En esta apuesta política, el presidente del Gobierno incluye la reforma del Código Penal para modificar los delitos de sedición. Algo a lo que el Gobierno se comprometió hace tiempo. Hasta el punto de que estuvo incluido en el plan normativo del Gobierno para 2020, con la previsión de que pasase por Consejo de Ministros antes de que terminase el pasado año. La cuestión, por tanto, va con retraso respecto al planteamiento inicial. Sánchez ha insistido en la idea en que en nuestro código penal ese delito está «desacoplado» y ha recordado que su Gobierno «siempre ha manifestado su voluntad de actualizar esos delitos».
Respecto a la reunión de la mesa de diálogo, que ERC reivindica que se celebre ya y con la presencia de Oriol Junqueras, el presidente del Gobierno de momento ha dado largas. Sobre la eventual presencia del líder de ERC no se ha querido pronunciar. La mesa de diálogo solo se ha reunido una vez, en febrero de 2020. Por lo que al haberse producido un cambio de Govern en Cataluña y cambios de carteras en el Gobierno de España habrá que pactar una nueva composición de la mesa, lo que abre la posibilidad a ERC para colocar a su líder. Pero Sánchez no quiere avanzar tan rápido, y ha supeditado esa reunión a una cita previa entre él y Pere Aragonès : «Primero una reunión con el presidente de la Generalitat y luego ya habrá tiempo para reunirnos, no una, sino muchas veces».