Curri Valenzuela

Sánchez decide: elecciones sí, elecciones no

Curri Valenzuela

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las organizaciones empresariales avisan ya en público que la posibilidad de nuevas elecciones generales les parece incomprensible, la agencia de calificación Moody´s alerta de que la inestabilidad política puede hacer que se rebaje el rating de España, los líderes europeos que esta semana se han visto con Mariano Rajoy y con Pedro Sánchez en Bruselas no acaban de comprender por qué somos tan diferentes, por qué no podemos pactar gobiernos como ellos o negociar sin reloj tal como acaban de hacer hasta alcanzar un acuerdo con Gran Bretaña.

Pero sí, somos diferentes esta vez. Pedro Sánchez se está empeñando en que lo seamos. Y a pesar de que la incertidumbre política se está trasladando a la economía y de que a ningún partido le interesa en estos momentos que vuelvan a repetirse las elecciones generales, todos ellos confiesan en privado lo mismo que Rajoy comentó a Cameron sin darse cuenta de la cercanía de un micrófono, que es bastante probable que tengamos que volver a las urnas.

Al PP no le interesa la repetición porque con los escándalos de corrupción que le están estallando puede perder hasta la mayoría absoluta del Senado; a Podemos, porque la plataforma multipartidista con la que se presentó el 20-D se está desintegrando; a Ciudadanos porque su rol de mediador se evaporará si no hay acuerdo de Gobierno y al PSOE por la sencilla razón de que si Sánchez no sale victorioso de su investidura va a hacer un ridículo peor que aquel de Hernández Mancha cuando quiso convertirse en un líder presentando una moción de censura contra Felipe González.

En España sabemos pactar como en el resto de Europa. Lo demostramos hace unos meses cuando se constituyeron los gobiernos de ayuntamientos y comunidades autónomas a base de acuerdos entre dos o más partidos. Si ha sido imposible trasladar ese modelo al Gobierno de la Nación ha sido por el empeño de Sánchez en negarse a sentarse a hablar con Rajoy, el que había ganado las elecciones y, acto seguido, proponerse a sí mismo como candidato en una investidura para la que, a menos de que ocurra un milagro, no le salen las cuentas.

La celebración o no de nuevas elecciones dependerá del líder socialista. Si sale investido en la primera semana de marzo, habrá Gobierno; de lo contrario, los españoles tendremos que acudir a las urnas el 26 de junio con la sensación de que lo incomprensible es que Sánchez no echara cuentas antes de proponerse como candidato al Rey .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación