Sánchez celebra coincidir con Torra en que la crisis catalana debe «resolverse votando»
Vuelve a abrir la puerta a una votación sobre el Estatut y la reforma de la Constitución
Un mes y medio después de acceder al Gobierno, Pedro Sánchez compareció ante el Congreso de los Diputados para exponer su programa de Gobierno, en su mayoría ya anticipado por sus ministros. Aunque todos los grupos salvo el socialista cercaron al Ejecutivo, en un largo turno de réplica Sánchez centró sus críticas en PP y Ciudadanos, dirigiendo sus ataques especialmente a Albert Rivera, al que asoció con la ultraderecha, y reiterando su apuesta por el entendimiento con PNV, ERC y PDECat.
El presidente del Gobierno decidió arrancar su comparecencia confirmando que su «decisión política es firme» en lo referente a la salida de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos. «Vamos a proceder a la exhumación», confirmó Sánchez, que aseguró que a la espera de ultimar el instrumento jurídico que lo hará posible será «en un muy breve espacio de tiempo».
En una comparecencia sin grandes acuerdos, la cuestión territorial volvió a marcar las partes más importantes del debate, pese a que en su intervención inicial Sánchez pasó de puntillas sobre ella aunque la consideró como «objetivo prioritario». Sánchez se comprometió en «avanzar en la vigencia efectiva del marco estatutario», lo que supone el planteamiento defendido por PSOE y PSC de desarrollar mediante otras vías normativas aquellos artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña que fueron suspendidos por el TC.
El presidente defendió su estrategia de caminar hacia la «normalidad institucional» y se manifestó «dispuesto a abrir un discurso franco y directo» en el que ha demandado «generosidad por parte de todos».
La idea de la doble votación
Sánchez dejó este aspecto abierto a interpretación de forma calculada. La frase más polémica fue la siguiente: «Respecto al señor Torra, yo creo que efectivamente los dos coincidimos en que esta crisis se tiene que resolver votando. Es evidente que el pueblo de Cataluña se tiene que pronunciar porque nosotros partimos de una premisa que es la que criticamos en su día al Grupo Parlamentario Popular y es que ahora mismo los catalanes y catalanas tienen un estatuto que no votaron y en ese sentido creo que tiene precisamente que resolverse con una votación. Evidentemente los términos de esa votación para usted y para mí son distintos. Pero en todo caso, bienvenida sea al menos esa intersección en cuanto a la solución democrática», dijo Sánchez.
La apuesta socialista en este punto siempre ha sido la de abordar la reforma constitucional, recogiendo un modelo territorial que incorpore un concepto similar al de la plurinacionalidad. Pero también, tanto él como el PSC han defendido en el pasado la fórmula de «las dos votaciones». El líder del PSC, Miquel Iceta, manifestó el año pasado que «hay gente que piensa en un referéndum y yo pienso en dos: uno de reforma constitucional y otro de reforma estatutaria». Sánchez siempre se ha centrado en la reforma federal de la Constitución . Pero también en el pasado ha apoyado el modelo de la doble votación: «Yo no estoy en contra de que votéis, al contrario, quiero que votéis dos veces. Primero una nueva Constitución y luego un nuevo estatuto que recoja la singularidad de la sociedad catalana». Pero estas propuestas le quedan muy lejos por el momento a los partidos independentistas. Reconociendo esa base, fuentes de La Moncloa llaman a la cautela sobre la aproximación a un nuevo Estatut.
El portavoz de ERC, Joan Tardà , fue muy claro en su advertencia: «¿Qué le hace pensar que rechazar el referéndum no va a provocar los mismos efectos?», le planteó, antes de advertirle que su escaños «solo estarán al lado del Gobierno en la medida en que ese diálogo bilateral dé resultados tangibles».
Desde el País Vasco, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, le demandó «que ofrezca acuerdos posibles respecto al autogobierno vasco». Y también se refirió al acercamiento de presos de ETA al País Vasco. Algo a lo que Sánchez se comprometió: «El Gobierno va a cumplir con la ley penitenciaria. Una vez se ha derrotado a ETA esas políticas penitenciarias tienen que ser repensadas. Y lo voy a hacer públicamente como lo hago yo desde el atril». Esta cuestión provocó uno de los enfrentamientos más duros con Albert Rivera y Rafael Hernando. El presidente de Ciudadanos le reprochó no haber recibido a las víctimas del terrorismo: «A Torra sí, a las víctimas no. Y si tiene que explicar un cambio penitenciario se lo dice mirándoles a los ojos».
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