Sánchez advierte ante la ONU que «la democracia está amenazada»

El presidente tuvo unas palabras para la erupción de La Palma: «Nos recuerda la medida de nuestra fragilidad, pero también de nuestra fortaleza»

Reuters / Vídeo: Sánchez arranca su visita a Nueva York con temas de actualidad - EP

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Pedro Sánchez protagonizó este miércoles un paso fugaz por Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas, la gran cita anual de la organización internacional. El presidente del Gobierno tenía previsto pasar toda la semana en la Gran Manzana -una ocasión ideal para alejarse de los problemas domésticos y relanzar su perfil internacional-, pero cambió de planes por la erupción volcánica en la isla canaria de La Palma.

Sánchez apenas pasó 24 horas en Nueva York, una estancia culminada con su discurso por la noche del miércoles -madrugada del jueves en España- ante la Asamblea General de la ONU. El presidente del Gobierno hizo referencia al motivo de su paso breve por Nueva York en el arranque de su intervención, en la que aseguró que la erupción «nos recuerda la medida de nuestra fragilidad, pero también de nuestra fortaleza» y que el Gobierno no permitirá «que nadie quede desamparado tras esta catástrofe natural».

Recordaba al «no vamos a dejar a nadie atrás» de su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, sobre la evacuación de Afganistán, que sigue sin hacerse efectiva para cientos de afganos que colaboraron con la misión diplomática y militar de España. Sánchez, como muchos de los representantes de los países miembros, hizo referencias abundantes a la situación en Afganistán durante su discurso. En su caso, lo hizo para hacer una defensa de la democracia, uno de los puntos centrales de su intervención.

«La democracia está amenazada» , dijo ante un auditorio muy poco poblado, al tratarse de uno de los últimos discursos de la jornada. «En este momento de aceleración de la historia, de profundos cambios del orden global, de nuevas formas de crecer y de habitar nuestro mundo, pido que elevemos la puerta por la democracia».

Sánchez llamó a la comunidad internacional a defender la democracia «como la única alternativa frente a cualquier deriva totalitaria, excluyente e intolerante». No dio ejemplos, sin embargo, de qué países o regiones han caído en esa deriva.

Por ejemplo, no hizo mención específica al papel de España en el cambio de orientación de las tensiones geoestratégicas hacia la región de Asia-Pacífico, como ha dejado claro el reciente acuerdo Aukus de seguridad y defensa entre EE.UU., Reino Unido y Australia. El pacto, diseñado para contener las ambiciones de China en la región, fue discutido horas antes entre Sánchez y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. En particular, el impacto en un socio clave europeo, Francia, que ha perdido un contrato multimillonario con Australia para la fabricación de submarinos por Aukus, lo que ha provocado una crisis con EE.UU.

Sánchez se limitó a decir que en un contexto «en el que siguen cambiando los equilibrios de un mundo multipolar, la Unión Europea debe asumir el liderazgo que le corresponde, con fuerza y con decisión». En ello será decisiva la cumbre de la OTAN que acogerá Madrid el año que viene, que llegará tras fuertes turbulencias entre los socios tradicionales a ambos lados del Atlántico.

El presidente del Gobierno sí se refirió con concreción a asuntos que tocan de cerca a la soberanía española. Sobre Gibraltar, un tema que sale en cada intervención de España en este foro, se mostró confiado de que «en breve» se alcance un acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido en relación a la colonia británica. Sánchez exigió que el acuerdo sea «plenamente respetuoso» con la doctrina de la ONU sobre descolonización «con la que España se alinea» y «con la posición jurídica de mi país con respecto a la soberanía y jurisdicción» del territorio.

Sobre el Sahara Occidental, Sánchez exigió una «solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable sobre el Sahara Occidental, tal como establecen las resoluciones del Consejo de Seguridad». La realidad para la antigua colonia española va por otro camino, sobre todo tras el reconocimiento de la soberanía marroquí por parte de EE.UU. el año pasado, bajo la Administración Trump y que la Administración Biden ha mantenido.

Sánchez apeló, como en anteriores ocasiones, al multilateralismo «para dar respuestas comunes a retos y necesidades que también son comunes». En este sentido, mencionó el compromiso de España en la lucha contra la pandemia en países en desarrollo - se comprometió al envío de 7,5 millones de dosis de vacunas adicionales , para un total de 30 millones- y en la batalla contra la «emergencia climática».

«Ya no hay espacio para el negacionista», dijo antes de enumerar las catástrofes naturales que se han registrado en el planeta. «El momento de actuar es ahora. No podemos esperar».

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