Salvador Sostres - Shambhala
La manera de ganar
Esta tarde Paco Marco ingresará en la Real Academia Europea de Doctores. Su discurso lo contestará el abogado y doctor en Derecho, Fermín Morales
En Barcelona hay dos paradigmas: el de Paco Marco y el de Javier Melero. Paco Marco, doctor en Derecho e investigador privado, ha dedicado su vida a defender a sus clientes con abnegación y sin propaganda, arriesgando su carrera y su vida; y cuando por ello ha sido víctima de los más criminales ataques, ha sabido defenderse, reponerse, y volver a empezar sin traicionar a nadie: de hecho, conservó a todos su clientes tras el calvario por el que le hizo pasar el comisario Villarejo. En el otro extremo, Javier Melero es el que se permitió escribir un libro sobre el juicio del Supremo a la intentona golpista, presumiendo de abogado y de intelectual cuando su patrocinado fue condenado a 13 años de cárcel. Y no sólo presumiendo de abogado, sino haciéndose el equidistante y marcando distancias con un partido (Convergència) que durante más de diez años le había estado pagando una suculenta iguala por ser su letrado. Si Paco se juega la vida con cada cliente, Javier se la juega a cada cliente para salvar su culo y no meterse en líos de los que no pueda beneficiarse en el espejito. Yo a Paco tengo que medir muy bien lo que le pido, porque sé que va a hacerlo multiplicado por quince. El único cliente y el único amigo al que Melero sirve es al culto a sí mismo. Estas cosas es importante saberlas. Y escribirlas. No para fastidiar a Melero. Tampoco para beneficiar a don Francisco Marco. Sólo porque la vida es extraña, y difícil, y pese a los brillos de la hojalata, los lectores de ABC merecen saber en qué dirección correr cuando de verdad necesiten ser defendidos. Pocas ciudades europeas son tan engañosas, tan cínicas, tan impostoras como Barcelona. Hoy en mi ciudad es imposible dibujar un elogio sin señalar un peligro. Melero y Paco funcionan perfectamente como antagonistas: narcisismo contra generosidad, humo buenista contra sustancia comprometida. Y sobre todo, posturismo exhibicionista contra la discreción seria y profesional, imprescindible.
Continuando la estela y el duro trabajo de su madre, Paco Marco elevó el nivel de la investigación privada en España con novedosos recursos y técnicas, fruto de sus conocimientos y de su experiencia, y de su obstinado negarse a dar un caso por perdido. Si físicamente guarda un razonable parecido con Rafa Nadal, de fondo la similitud es aún más precisa y sus clientes y amigos sabemos que jugaría lesionado, y hasta herido, para defendernos. Por no doblegarse a su chantaje y sus amenazas, el comisario Villarejo intentó destruirle, y manchó su nombre y su reputación, y no fueron pocos los juicios que Paco tuvo que afrontar para esclarecer lo sucedido. Los ganó todos, no perdió ninguno. Su nombre, el de su madre y el de su empresa -Método 3- quedaron restituidos. No fue un camino fácil, ni de soluciones obvias o previsibles. Le habría resultado menos oneroso y más rápido delatar a algunos de sus clientes, rendirse, o aceptar los términos en que el comisario intentó comprarle y luego anorrearle. Ganar es importante. Ganar es imprescindible. Pero hay formas de ganar, y estas formas son las que minuciosamente explican quiénes somos.
Esta tarde Paco ingresará en la Real Academia Europea de Doctores. Su discurso, «Disociados. El futuro social de la Humanidad», lo contestará el abogado y doctor en Derecho, Fermín Morales. Será un acto solemne e importante por lo que es, pero sobre todo por lo que representa, que es la victoria de un hombre contra la siniestra maquinaria. Más allá de la distinción, significativa y merecida, celebraremos el triunfo del compromiso sobre la frivolidad, de la lealtad frente al oportunismo, y de los que se toman su trabajo como su vida, hasta que se convierten en una cosa y lo mismo. Está bien tener amigos. Está bien quererlos por encima de cualquier circunstancia e infortunio. Es todavía mejor poder recordar, cada vez que te detienes a observarlos, por qué decidiste quererlos y que el amor tenga aún algún sentido. Paco simboliza la Barcelona que aún se aferra a su humanidad para salvarse, que todavía cree en algo más que en la ganancia cortoplacista y que tiene un sentido demasiado alto de su dignidad y la de su oficio como para traicionarte o para venderte. Esto también es importante. Si Melero pactaría con el diablo para quedar un poco mejor en la fotografía, a Paco Marco no se le ocurriría una mejor manera de proyectarse que la de ser fiel y útil a sus clientes y amigos.
Es peligroso tener amigos, abogados o investigadores como Paco. Yo lo pienso a menudo. Tú tienes a Paco en tu empresa o en tu vida y luego crees que todo será lo mismo. Que todos te querrán igual, que todos te defenderán hasta ofrecer su última medida de honor. Y la vida no es así, ni la inmensa mayoría de las demás personas -sin tener que llegar al extremo de Melero-. Tener a Paco cerca es peligroso, porque te acostumbras a darlo todo por descontado, y en la realidad hace mucho frío. Y por supuesto no duden que este artículo le será más un problema que un alivio.