Manuel Marín
Rumbo a elecciones
Nadie en el PSOE lo admite en voz alta, pero los murmullos de los conciliábulos ya apenas pueden disimularse. En el socialismo existe la sospecha unánime y clamorosa de que si Pedro Sánchez gana las primarias, la tensión institucional será insostenible y provocará elecciones generales en noviembre. No es nada novedoso. Pero si lo hace Susana Díaz, el pronóstico será idéntico con unos meses más de por medio. Y si vence Patxi López, a quien se atribuyen nulas posibilidades dada la brutal «polarización del odio» entre los otros dos aspirantes, el PP no podrá volver a contar con su apoyo. Se trata de un análisis ampliamente consensuado en las distintas federaciones socialistas que irá tomando cuerpo una vez haya resuelto el drama de su liderazgo. Meses arriba, meses abajo, el PSOE retirará en 2018 el gotero a Mariano Rajoy y quedarán pocas opciones más que disolver las Cortes. De ahí su obsesión por aprobar en 2017 unos presupuestos generales que puedan ser prorrogados en 2018.
También Ciudadanos está contribuyendo a crear una incipiente atmósfera preelectoral con su difuso concepto de la gobernabilidad responsable. Era lógico argumentar que ningún aspirante del PSOE podía ceder en la crisis de los estibadores para no regalar bazas a sus oponentes con otra cesión humillada al PP. Pero en Ciudadanos, ferviente defensor del liberalismo, no es fácilmente entendible su abstención para dejar caer al Gobierno frente al chantaje de la estiba. Su pulso a Rajoy será o no sobreactuado, pero el efecto es demoledor para desnudar la precariedad en que vive el Gobierno.
En Cataluña, Miquel Iceta será neutral –eso dice- ante Díaz, Sánchez y López. Pero no se le oculta que de los 10.000 afiliados socialistas que siempre acuden a votar en unas primarias, 7.000 lo harán por Sánchez y 3.000 por Díaz. No es indiciario de nada. Díaz está telefoneando personalmente a decenas y decenas de alcaldes, concejales, y hasta militantes de base, pulsando apoyos, y prevé que su triunfo en otras federaciones sea incontestable. Incluso, que Sánchez termine siendo un simple efecto óptico. En cualquier caso, la legislatura dará síntomas de agotamiento desde junio.