Rufián avisa a Sánchez de que ERC y Ciudadanos son «incompatibles» para los Presupuestos

El PNV se desmarca y llama a intentar que «las piezas encajen», pero Compromís también le exige al Gobierno que «se apoye» en la mayoría de la investidura

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, antes de la Junta de Portavoces Efe | Vídeo: EP
Juan Casillas Bayo

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Pedro Sánchez tendrá complicado cimentar los próximos Presupuestos Generales del Estado con Ciudadanos (Cs) y sus socios de investidura. Si el partido liberal advirtió ayer de que no respaldará unas cuentas públicas con «medidas surrealistas» de Unidas Podemos , hoy ERC ha dificultado más aún la operación aritmética al aseverar que son «incompatibles» con el partido de Inés Arrimadas .

«Una cosa es ceder y otra cosa es un chantaje, y creo que en política chantajear es malo», ha dicho el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián , en respuesta a las palabras de la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo , que ayer apeló a la flexibilidad de los distintos grupos para aunar bajo el mismo paraguas al mayor número posible de partidos.

Aunque el Gobierno quiere mantener sus buenas relaciones con los partidos escorados más a la izquierda, con los nacionalistas y con los independentistas -que son quienes posibilitaron en enero la investidura de Sánchez-, también quiere ampliar su sustento parlamentario y atraer al menos a Cs de cara a los Presupuestos.

Arrimadas ha iniciado un acercamiento al Gobierno en un pretendido regreso al centro y bajo su batuta Cs ha respaldado las seis prórrogas del estado de alarma y votará a favor del real decreto ley que regulará la «nueva normalidad» . Pero fuentes del Comité Permanente de Cs expresan sus reticencias a participar en unas cuentas en las que no colabore también el PP . En ese sentido se ha expresado esta mañana su portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal , que ha pedido al Gobierno, en una entrevista en Radio Euskadi, que busque el consenso de todos los partidos, incluidos los populares.

Pero a los socios de Sánchez les incomoda de forma notable la nueva influencia de Cs en el Ejecutivo y, aunque traten de ocultarlo, deslizan amenazas y buscan situar al presidente del Gobierno ante una disyuntiva: «Elegir a trece diputados republicanos de izquierdas o a diez de la derecha».

Rufián llegó a alabar públicamente el viraje de Arrimadas hacia una posición equidistante entre el PSOE y el PP, pero todo cambió en la quinta prórroga del estado de alarma. En aquella votación, Cs respaldó al Gobierno tras conseguir que no se retomase la mesa de diálogo con el Govern autonómico catalán durante el estado de alarma y ERC, por primera y única vez, integró el bloque del «no».

Con su discurso, Rufián pretende que el Gobierno se decante por la mayoría de la investidura y se aleje del nuevo «affaire» que mantiene con Cs desde la cuarta prórroga del estado de alarma. «Unos Presupuestos Generales del Estado pactados con la derecha, con uno de los partidos que hasta hace muy poco estaba en la fotografía de Colón , no es que sea incompatible con ERC; es que es incompatible con cualquier medida justa de la izquierda», ha argumentado Rufián.

El portavoz republicano ha advertido de que Cs puede pedir ahora «cargarse la mesa de diálogo y negociación», pero que en el futuro puede exigir «cargarse una fiscalidad justa o el ingreso mínimo vital, o intentar imponer la mochila austriaca o el contrato único». Los liberales, al igual que el PP y que el resto de la Cámara Baja -a excepción que Vox -, votaron a favor del ingreso mínimo vital la semana pasada. Rufián es consciente, pero con sus palabras busca incomodar a Unidas Podemos y presionarle para que intente separar al PSOE de Cs.

«Ciudadanos es Vox en la fase 1 y la señora Arrimadas no es Merkel; se parece mucho más a Cospedal o a la señora Aguirre» , ha repetido el diputado independentista, antes de apelar directamente a los ministros de Unidas Podemos y diferenciarlos del PSOE, partido al que sí ve capaz de consumar «esa especie de geometría variable bajo un axioma falso».

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesia s, ya apostó en público por recuperar la mayoría de la investidura para las cuentas públicas, aunque otros ministros de Unidas Podemos como Yolanda Díaz (Galicia en Común) o Alberto Garzón (Izquierda Unida) han admitido que se sentirían «cómodos» pactando con Cs.

Esta inquietud de ERC es patente también en Compromís . Su diputado, Joan Baldoví , ha exigido al Ejecutivo «apoyarse» en la mayoría que sirvió para llevar a Sánchez al poder en la moción de censura del 2018. «En principio no veo incompatibilidades con Cs, es el propio Cs quien ve incompatibilidades con alguna de las propuestas que hacemos los partidos progresistas y quien impone vetos», ha aseverado, antes de la reunión semanal de la Junta de Portavoces.

«Lo que no puede ser es que en esas aritméticas variables al final se excluya a aquellos que fuimos facilitadores de que este Gobierno estuviera donde está», ha incidido Baldoví, que ya se posicionó en contra de las dos últimas prórrogas del estado de alarma porque, según él, el Ejecutivo no quiso negociar con su partido de forma sincera. Baldoví entiende que cambiar a Cs por alguno de los partidos que respaldaron a Sánchez en enero «sería traicionar el espíritu de los pactos de la investidura» .

Mucho menos reacio a unas cuentas que busquen ampliar el consenso se ha mostrado el portavoz del PNV , Aitor Esteban , que ha asumido que el Gobierno hablará «con todos». A pesar de que a su partido y a Cs les diferencian «bastantes cosas», Esteban ha vuelto a hacer gala de su habitual sentido común y ha apuntado que todos los partidos tendrán que «intentar que esas piezas encajen».

Si terminan por encajar, será algo que se comprobará en el futuro porque Esteban, al igual que ayer la portavoz de Cs , Melisa Rodríguez , no ha querido adelantar pantallas. Primero, el Gobierno deberá presentar un techo de gasto y conseguir el aval de la Cámara Baja; y después, tendrá que presentar su proyecto presupuestario. Será entonces cuando el PNV inicie conversaciones y cuando irá perfilando su posición final. «Nosotros estamos dispuestos a negociar como lo hemos estado siempre. Ya veremos. Hacer especulaciones...», ha apostillado Esteban, que sí se ha mostrado partidario de «adaptar al siglo XXI y a la nueva crisis» por el coronavirus la reforma laboral del Mariano Rajoy.

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