Rivera viaja a Argentina para intentar arrebatar al PP el voto de los emigrantes
El líder de Ciudadanos será recibido por Macri y el jueves se dirigirá a Chile
Cuando Albert Rivera aterrice hoy en Buenos Aires tendrá presente que en Argentina hay un caladero de unos cuatrocientos mil votos. En esas aguas, donde el Partido Popular tradicionalmente pesca con sus siglas del buque insignia de afiliados, tiene puestos los ojos el presidente de Ciudadanos.
Rivera, posiblemente para disgusto de Mariano Rajoy, será recibido, como él, por el Presidente Mauricio Macri y el jueves, cuando cruce los Andes hasta Santiago de Chile , también le abrirá las puertas de su casa de Gobierno Sebastián Piñera , en el Palacio de la Moneda. Como despedida de su primer viaje, a ambos países, el viernes tendrá un mano a mano con el ex presidente socialista Ricardo Lagos, en la Fundación Democracia y Desarrollo.
A un lado y otro de la cordillera, el líder de Ciudadanos mantendrá reuniones con empresarios, políticos y ministros . En Buenos Aires , además de con el presidente Macri, almorzará con el todo poderosos jefe de Gabinete, Marcos Peña y compartirá charla con Fulvio Pompeo, hombre de confianza del presidente argentino en asuntos internaciones. En la entrevista con Macri, en la residencia presidencial de Olivos (periferia de Buenos Aires) también estará presente el embajador de Argentina en España, Ramón Puerta.
Este primer viaje de Albert Rivera, en buena medida aunque no confesado, a la conquista del voto del sur de Sudamérica, está vestido con una agenda propia de un candidato que busca romper fronteras. Rivera quiere conocer y que le conozcan. Todo suma. Presidentes y ejecutivos por un lado y emigrantes o expatriados por otro. En éste último sector, el desafío más importante lo tiene en Argentina, el país que concentra el mayor número de votantes del mundo fuera de España y donde su meta (a futuro) sería destronar al PP que aquí bate récord de votantes.
El líder de Ciudadanos se vera las caras y estrechará las manos con los españoles en la Embajada de Buenos Aires . En Santiago se repetirá la escena y tendrá que atender la misma queja que los emigrantes le plantearon a Mariano Rajoy el mes pasado: no queremos el voto rogado (el que hay que tramitar), lo queremos como antes, como si estuviéramos en España. Falta saber si Rivera coincide con ellos o con el PP y PSOE, artífices de cambiar la ley que ahora obliga, prácticamente, a pedir permiso para votar.
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