Rivera gana el pulso a Rajoy, resignado

Cs derroca un presidente autonómico del PP, que reclama a los partidos una reflexión sobre la presunción de inocencia

Con la dimisión precipitada del presidente de Murcia, Albert Rivera se ha cobrado el primer gran trofeo ante Mariano Rajoy , que se ha visto obligado a sacrificar su peón autonómico muy a su pesar. El pulso ha sido largo, pero Ciudadanos ha vuelto a imponer el guión de su exigencia contra la corrupción al PP, que ha tenido que apartar a otro político investigado por presuntos delitos de corrupción, sin esperar al juicio oral.

Hacía días que la resignación se había apoderado de los populares , convencidos de que Rivera iría hasta el final apoyando la moción de censura en Murcia con el PSOE y Podemos. El propio presidente Rajoy se mostró resignado el pasado miércoles en Malta, donde aseguró que su «obligación» era cuidar la relación con Ciudadanos, su «socio prioritario» de la legislatura, y que «respetaba» sus decisones, aunque esté radicalmente en contra. «Hay un debate que algún día tendremos que plantearnos en España, y es dónde termina la presunción de inocencia», señaló, poco convencido del futuro político de Sánchez.

El coordinador general de Génova, Fernando Martínez-Maillo , en permanente habla con el responsable de Organización de Ciudadanos, José Manuel Villegas , fue transmitiendo a Rajoy que la situación era cada vez más preocupante. Ciudadanos no cedía. Y en Génova cundían los nervios. El mensaje final de Rajoy ha sido claro: apartar a Sánchez, aunque sea «injusto» , para no perder uno de los cinco gobiernos autonómicos que mantiene el PP.

Acorralado por los jueces y por la corrupción, Sánchez no ha tenido más remedio que pactar su renuncia con Génova. A cambio, se le mantiene el acta de diputado, que Ciudadanos tampoco reclama de momento. Se le rehabilitará si sus causas judiciales son archivadas, aunque ese futuro pueda estar demasiado lejano.

Mientras, la euforia se ha instalado en la sede nacional de Ciudadanos, que gana su segundo «match ball» al PP tras forzar la creación en el Congreso de una comisión de investigación sobre las finanzas de Génova. En la formación se ha pasado por diferentes sensaciones emocionales, una vez que este caso ha situado toda la presión sobre sus espaldas .

Pero la semana pasada se aprovechó que desde Génova se empezaba a trasladar nerviosismo respecto a la posibilidad de perder el Gobierno para acelerar en la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el PSOE. Lo hicieron aceptando que ese hipotético Gobierno socialista tuviese una duración de unos meses, pero a cambio de que Podemos no formase parte del mismo.

Ayer mismo, entre los dirigentes de Ciudadanos se trasladaba que un acuerdo de mínimos podría ser suficiente para dar por sentado que se apoyaría la moción de censura. Pero a la vez siempre durante este tiempo se manifestaba una ausencia de ilusión respecto a hacer presidente al socialista Rafael González Tovar , pero en las últimas horas se dejaba claro que lo consideraban «el mal menor» antes que mantener a Pedro Antonio Sánchez.

El caso ha colocado a Ciudadanos en varias ocasiones entre la espada y la pared y las presiones por un lado del PP y por otro de PSOE y Podemos. Y por momentos la presión les obligó a no poder dar una respuesta clara a qué opción apoyarían, sin que su opción de «moción de censura intrumental» convenciense a nadie. Pero finalmente ha sido su opción predilecta, la de un relevo en el PP. Hoy se congratulaba de ello Villegas: «Analizamos la situación en función de los resultados» .

Tras un inicio de legislatura complicado, con el PP privilegiando la negociación con el PSOE para muchos asuntos y trasladándose la imagen de que Ciudadanos quedaba aislado o ninguneado, la formación de Rivera saca ahora pecho de su actuación. Los tiempos han querido además que coincida este caso con la presentación de los Presupuestos, con lo que Rivera pretende exponer como está dispuesto a apoyar al Gobierno en el trance parlamentario más relevante y a la vez no ceder en sus exigencias anticorrupción hasta el punto de colocar al PP al borde de perder un Gobierno autonómico. Todo en favor de dar formar al relato de un partido y un espacio político todavía en construcción. Y en ese proceso para Ciudadanos es fundamental despojarse de la etiqueta de «muleta del PP».

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