Rianxo repudia a su vecino y declara tres días de luto oficial
Las redes sociales amenazan a la hija de Abuín, que permanece con los abuelos
Cuando Diana Quer desapareció en A Pobra do Caramiñal , el oprobio parecía cernerse sobre la vecindad de esta pequeña localidad de la ría de Arousa. Rianxo parece vivir un trance similar después de ser el escenario del triste desenlace de Diana Quer, la joven madrileña desaparecida un 22 de agosto de 2016 y hallada en vísperas de Fin de Año en un pozo de una fábrica abandonada en la parroquia rianxeira de Asados. La repulsa por el crimen, cometido por uno de los suyos, José Enrique Abuín, alias «El Chicle» , tiene conmocionada a una población que ayer salió a la calle en solidaridad con la familia Quer y contra la mancha que el suceso pueda extender sobre el concello.
«Somos un pueblo tranquilo en el que se conoce la gente», insiste el alcalde, Adolfo Muíños, que pone voz a la tristeza contenida de sus vecinos. La corporación local en pleno ha decretado tres días de luto oficial, en un acto respaldado por los regidores de la comarca, igualmente preocupados porque la tragedia no forje una imagen equivocada de la zona. Nadie se explica cómo pudo suceder , porque si bien todos conocían las andanzas de «El Chicle» como delincuente de poca monta -robos de gasolina, furtivismo, trapicheo de droga-, era inimaginable que diera el salto de mancharse las manos de sangre.
En la ría, el código no escrito aconseja mirar para otro lado cuando se trata de asuntos de narcotráfico o contrabando de tabaco, pero un asesinato es otra cosa. «Eso no se lo van a perdonar», asevera un abogado de la zona que ha defendido a narcos en diversos procesos judiciales. «En la cárcel lo van a estar esperando» . Teixeiro puede ser una prisión muy difícil, incluso para los que van de duros, como «El Chicle». Le precede una fama de chivato en su propio clan, el de «Os Fanchos».
Padres destrozados
En Rianxo nadie quiere cargar las tintas contra la familia de Abuín, cuya casa se encuentra a apenas unos doscientos metros de la nave en que «El Chicle» arrojó a Diana tras acabar con su vida. Los vecinos hablan de que los padres están destrozados por la macabra conducta de su vástago. La preocupación se extiende a la hija, menor de edad, de «El Chicle», que no vivía en el domicilio de la pareja sino con los abuelos maternos en Catoira (Pontevedra). Las redes sociales se han convertido en un disparadero de amenazas contra la pequeña , en absoluto responsable de los actos de un padre al que veía apenas los fines de semana.
La mujer de «El Chicle» volvió ayer al domicilio de Outeiro, en Taragoña. Lo hizo a la carrera para esquivar las cámaras y flashes que hacen guardia en la vivienda donde se guardaba el Alfa Romeo que transportó a Diana hasta la fábrica abandonada y en el que «El Chicle» quiso encerrar a otra joven la pasada noche de Navidad . En el vecino Bar Pacheco no se habla de otra cosa desde que saltó la noticia y se vieron invadidos por los periodistas. Pese a que en el pasado eran considerados unos vecinos «normales», ahora las miradas son torvas y desconfiadas . Hay voces que no quieren allí a Rosario, la mujer que durante año y medio sostuvo la mentira que libró a su marido de responder por la desaparición y muerte de Diana.
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