Reformar la unidad de España, la lengua oficial y la bandera exigen consenso en el Congreso

Pese al amplio margen del que disponen Sánchez y sus socios, hay reformas que en ningún caso podrá acometer sin contar con el PP o Vox

Pedro Sánchez se dirige a la bancada del PP en el Congreso EFE
Ana I. Sánchez

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Pese al amplio margen del que dispone Pedro Sánchez junto a sus socios, hay reformas que en ningún caso podrá acometer sin contar con el PP o Vox. Es el caso de la reforma constitucional que requiere ser aprobada por una mayoría de tres quintos o 210 escaños en el Congreso y 159 en el Senado . Incluyendo a todos los partidos independentistas y regionalistas, Sánchez no alcanza esta exigencia. El otro camino para reformar la Carta Magna es alcanzar solo la mayoría absoluta en el Senado pero el apoyo de dos tercios o 234 escaños en la Cámara Baja, que aún menos lograría sumar. Además, la Constitución obliga a someter a referéndum cualquier reforma constitucional si 35 diputados lo solicitan.

La exigencia de mayorías se agrava, además, para determinadas materias de la Constitución que no podrán ser reformadas total o simplemente parcialmente sin el apoyo de una mayoría de dos tercios tanto en el Congreso (234 escaños) como en el Senado (177 asientos). En esta categoría se engloban la soberanía nacional residida en el pueblo español , la monarquía parlamentaria como forma política del Estado, la indisoluble unidad de la Nación española, la solidaridad entre las autonomías, el castellano como lengua oficial del Estado, la bandera de España, la fijación de la capital en Madrid o la misión encomendada a las Fuerzas Armadas de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. También pertenecen a esta categoría la enumeración de los derechos fundamentales y las libertades públicas o el título completo de la Corona. Además de esa mayoría de dos tercios, reformar estas disposiciones de la Constitución requiere disolver las Cortes para celebrar elecciones y que las nuevas Cámaras ratifiquen la reforma con el mismo apoyo de dos tercios. Completado todo ello, esa reforma tendrá que ser ratificada en en referéndum.

El cambio de mandos en las principales instituciones democráticas exige una mayoría cualificada que la izquierda no alcanza por lo que también necesitará al PP o Vox para ello. Es el caso de la renovación del CGPJ, el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas o el Defensor del Pueblo que requieren mayoría de tres quintos.

En ningún caso, la suma de PP, Vox y Cs permitirá al bloque de la derecha neutralizar la iniciativa legislativa del Gobierno que solo podrá verse limitada por la fractura de las alianzas con sus socios. Y es que la Constitución establece que el veto del Congreso a una ley del Gobierno antes de ser sometida al Rey requiere la mayoría absoluta de la Cámara Baja. Un quórum que la derecha no alcanza en ningún caso. La segunda posibilidad que la Constitución otorga para frenar el Gobierno es la mayoría simple para vetar una ley transcurridos dos meses desde su nacimiento, pero el bloque de la derecha tampoco alcanza esta suma. Lo que sí podrán impulsar tanto PP como Vox es una moción de censura, aunque ésta tendría que ser aprobada después por mayoría simple.

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